Nos seguimos movilizando: la revolución será feminista o no será

78 - Nos seguimos movilizando. La revolución será feminista o no será Nos dijeron marea, pero no se habló de agua en ninguna asamblea Quizás la virtualidad nos quite las tomas, quizás la virtualidad nos quite los muros. Peligran. Escribo esto desde casa, porque quizás no vuelva a esa facul- tad. Escribo esto porque quizás quienes retornen a ella nunca sepan que bajo esa capa de pintura hubo otra. Hubo un mural de más de dos metros de altura, con el rostro del Che Guevara y un «con la esperanza intacta» en su pecho, en el hall de la facul- tad de ciencias sociales de la Universidad de Chile. Frente a él, el rostro de Allende. La institución nuclear del proyecto moderno. El levantamiento feminista estudiantil del año 2018, en esa facultad, vio en esa pared un blanco perfecto para desmontar los monumentos de nuestros profesores y ‘compañeros’ acosadores y violadores. Entre noches de toma y luna, manos juntas conjuraron para sacar a sus ídolos del pedestal. No miro esa toma con romántica nostalgia. Ahí fue donde se discutió por un mes si es que las ‘disidencias’ podían o no ingresar. Recuerdo cuando pusimos el tema sobre la mesa. Recuerdo la censura a cada palabra ‘disidencia’ del comunicado que se publicaría desde el Facebook de la asamblea. Leyeron como insulto travestir a Allende. Borrar al Che era más consensuado que la disputa por el qué hacer después. Su reemplazo fue una niña de espaldas, con cabello trenzado, mirando de frente, en medio del bosque nativo. «La esperanza no está intacta» se lee entre las plantas. Sentíamos que mientras la ciudad seguía su rumbo inerte, afuera avanza- ba la devastación de todas las especies de la tierra, al mismo ritmo que todas las lenguas ¿Qué esperanza intacta había el 2018? ¿Qué esperanza siquiera? Miro en retrospectiva ese mural. Pudo ser cualquier cosa. Lo que queda es la certeza de que no quedó exento de polémicas, y que, sobre todo, no fue pensado para quedar intacto. Fue pensado para tocarse, tocarnos, evocar la realidad a través de la sangre, pus, sudor, 7 grasa. Esa esperanza fue pensada para ser cogida, manoseada, tocada y trastoca- da, volcada, torcida, estrujada, lamida, mirada con recelo, tirada por la borda 7 “Hablar en lenguas, Una carta a escritoras tercer mundistas” Gloria Anzaldúa (1980).

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=