Nos seguimos movilizando: la revolución será feminista o no será

73 De las movilizaciones del otoño 2018 me acuerdo de Beauchef, mi lugar de trabajo, en toma por primera vez por sus estudiantas desde 1997. Me acuer- do de los letreros, pancartas y fotocopias con relatos de situaciones terribles que vivían, y de reuniones con las estudiantas organizadas en asambleas para que incorporaran también ¡por primera vez en un petitorio triestamental! nuestras demandas como trabajadoras a honorarios organizadas. Me acuerdo de la sorpresa de las estudiantas cuando les contamos nuestras situaciones contractuales precarias y nuestras demandas de trabajo, evidenciando que existían múltiples precarizaciones en las experiencias de estudiantas y traba- jadoras de la U. Desde lo que se convertiría luego en la Coordinadora Feminista 8M, des- de abril estábamos organizando en encuentro con varios comunales de No + AFP sobre mujeres y pensiones. Con las tomas de las facultades, y gracias a las gestiones que hice a nombre del Sindicato de trabajadora/es a honorarios de la U. en conjunto con la asociación de funcionaries, logramos hacerlo en la FAU. Era un día helado y soleado, luminoso, me había levantado temprano por estar en la organización y logística de la jornada. Fuimos ciento de muje- res en la facultad tomada. Luego del trabajo en grupo, la síntesis, el cierre de la actividad, decidimos ir a la Facultad de Derecho como una pequeña marcha de apoyo a las compañeras estudiantas. Esa jornada de encuentro de mujeres de tantas generaciones fue posible por una funcionaria ad-portas de jubilar, trabajadoras a honorarios, trabajadoras y jubiladas de otros espacios, y termi- nar la jornada saludando la lucha de las estudiantas fue un puente feminista, un anticipo de la ola que estaba recién armándose y que se mantendría por varios años y hasta hoy, de los lazos entre edades, territorios y experiencias que ya estábamos tejiendo, de ese conjunto que empezaba a incorporarse. También tengo un nítido recuerdo de una asamblea en mayo en la Fa- cultad de Derecho de la U. Era un fin de semana largo y hacía frío, aunque no bajo el sol, sentadas en las escaleras del patio de otra facultad tomada. Llevaba mate, y en los baños los hervidores de la toma permitían recargar el termo. A esa asamblea fui con otra compañera del sindicato, nos conocía- mos recién desde hacía unas semanas por las primeras reuniones feministas del sindicato que organizamos ante las movilizaciones feministas. Quería- mos llevar unas palabras de las trabajadoras a honorarios de la U, visibilizar nuestras condiciones de trabajo, nuestras luchas, y nuestro compañerismo y sororidad en la movilización. Logramos decir un texto que escribimos juntas

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