Nos seguimos movilizando: la revolución será feminista o no será

51 Un futuro esperanzador Corrían los años 90 en una universidad llena de desafíos, vaivenes políticos y académicos, entramos a medicina 60 % de mujeres y 40 % hombres, estábamos orgullosas, pero eran tiempos difíciles para nosotras. Eran es- pacios liderados principalmente por hombres y, sin embargo, nos fuimos abriendo caminos en distintos ámbitos académicos, científicos y gremiales, llegando a formar parte de cargos directivos de academias científicas y fe- deraciones de estudiantes. Yo había competido en igualdad de condiciones o eso al menos creía hasta ese momento, y lo logré, obtuve una preciada beca otorgada por la universidad, la única dada ese año en una especialidad muy cotizada. Me sentía feliz, nunca pensé que me esperaba la época más dura de mi forma- ción académica, a cargo de un exponente machista, misógino y acosador, todas las mujeres sufrimos acoso de todo tipo, pero por alguna razón fui la más afectada y eso era reconocido por todos. No sentí el apoyo de nadie ha- bía un silencio cómplice de lo que pasaba por miedo a las represalias de este personaje en ese tiempo tan poderoso, mis compañeros dieron vuelta la mirada y, sin embargo, dejaron todas las «anécdotas escritas en un libro» pedí ayuda a mis superiores hombres y mujeres, la respuesta fue siempre la misma, «todo pasaría y nadie se acordaría de nada» ¡mentira! porque no paso no se olvidó y yo no lo olvide, pasaron años de terapia para con- cluir que no era mi culpa. No lo pude enfrentar, nadie pudo, solo recibí el apoyo de un gran maestro, prácticamente retirado en ese entonces, que me acompañaba en aquellas tardes duras de interrogación. Años más tarde, se le dio el más alto reconocimiento que sus pares le puede otorgar: categoría de «Maestro». Después del daño producido a generaciones, sus continuos errores no pasaron desapercibidos, lo despidieron de institución en institución. Lo último que supe hace algún tiempo fue de un grupo de mujeres (TENS) que lo pusieron en jaque «o se queda él o nos retiramos todas» y se fue él… Veo con esperanza los nuevos tiempos, mujeres empoderadas y lucha- doras, unidas, veo también un ambiente más amigable, aunque aún con resabios de antiguas prácticas.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=