Nos seguimos movilizando: la revolución será feminista o no será

21 De la mano de la escritura, nos intencionamos a vislumbrar que la cons- trucción de una visión colectiva en los nuevos caminos venideros es relevante y que estos procesos no solo se escriben, sino que se conversan, se accionan. La acción, es imprescindible en la búsqueda constante de nuevos horizontes de emancipación, entendiendo el dinamismo de la sociedad y los cambios inherentes que llevamos dentro. La memoria es como un hilo que se entrelaza dentro del tejido social y se traspasa a nuestras propias experiencias. Esta es una de las razones por las que tarde o temprano florecen, una vez más, aquellas voces dirigidas a luchar por una vida más justa. Desde ahí nace nuestro interés en conmemorar el Mayo Feminista, surge de nuestro convencimiento por la importancia de aportar a la construcción de la historia de los feminismos, reconociendo que dicha historia no es una, sino que es múltiple, dinámica y colectiva. En este ejerci- cio de conmemoración, nos posicionamos desde una noción de memoria fe- minista, que tiene que ver con recuperar nuestra historia, nuestras acciones, recuperar la historia de lucha feminista, reconociendo que, a la mujer y a las disidencias, de forma sistemática se nos ha relegado del espacio de memoria e historia. Al tiempo que buscamos desafiar las políticas de memoria neoliberales, caracterizadas por el consenso, estabilidad y con ello el negacionismo y la desmemoria, también creemos que la historia se compone de diversas narra- ciones y voces, que entran en tensión con las memorias hegemónicas, pero también entre ellas. Esto da cuenta de realidades contradictorias, múltiples y a veces fragmentadas, por esto, es que queremos comprender este ejercicio de memoria como un trabajo de potencial crítico, pero también autocrítico, que debe acompañarse de constantes reformulaciones para permitir cambios y transformaciones (Troncoso y Piper, 2015). Desde allí es innegable que siempre ha existido este hilo de memoria que se comparte de generación en generación. A veces, a través del relato oral, a veces, de los espacios íntimos y privados. De ahí una de las particularidades de este libro —ya que creemos que existen fisuras entre lo público y priva- do—, descrito tradicionalmente de manera dicotómica y excluyente. Cree- mos firmemente que lo personal es político, y posicionadas también desde lo interseccional, reconocemos que las lecturas de dichas experiencias y relatos no son lineales, sino que son de carácter complejo y dinámico, siempre abier- to a la constante reinterpretación y reflexión.

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