Nos seguimos movilizando: la revolución será feminista o no será

128 - Nos seguimos movilizando. La revolución será feminista o no será conclusión Llegando hacia el final de este recorrido y del largo proceso que implicó la escritura de este libro, hacemos especial énfasis en la importancia del con- texto y la temporalidad sociohistórica que influencia las palabras leídas. Tal como mencionamos en la introducción, los procesos están situados, y no- sotras como escritoras/estudiantas/feministas no somos ajenas a la realidad que nos rodea. Así, no pretendemos un posicionamiento inequívoco, mucho menos neutro, más apostamos por una mirada política de la vida cotidiana, siendo agentes de los grandes procesos sociales. Desde que imaginamos este proyecto hasta ahora que lo estamos concluyendo y plasmando, no podemos dejar de insistir en cómo ha sido crear y sostener un espacio de encuentro y trabajo mientras todo se transformaba día a día. Partamos por la revuelta popular en octubre de 2019, la cual encarnó y descargó con toda su fuerza el descontento social, dejando a flor de piel toda la sensación de injusticia e impunidad que se redoblaba con la violencia re- presiva que dejaba en claro la diferencia de condiciones en que luchábamos. Mientras el presidente de turno nos declaraba la guerra, las fuerzas de orden la ejercían y los medios de comunicación la legitimaban; el pueblo se mo- vilizaba con espontaneidad, intentaba organizarse en la marcha y ensayaba distintas maneras de hacer con la rabia, el miedo y la represión. Con el pasar de los días se evidenciaba el rol definitivo que ocupaba el género en la reclusión: los cuerpos y la sexualidad marcaban particularidades entre las vivencias. Según un informe del Instituto Nacional de Derechos Humanos desde el 18 de octubre al 31 de diciembre del 2019, se levantaron en la práctica 208 denuncias sexuales realizadas por mujeres y disidentes se- xuales y/o de género que fueron detenides (INDH, 2019). Cifra alarmante considerando las bajas tasas de denuncia de este tipo de delitos, originado en elementos como «el miedo, el tratamiento del sistema judicial a las vícti- mas de violencia sexual, la posibilidad de represalias, la exposición pública, el tiempo que toma a las víctimas asumir lo vivido o el desconocimiento» (Pérez Cáceres y Troncoso Zúñiga, 2020, p. 160). Se hace patente la doble opresión de la violencia político sexual: el poder del orden hetero-cis-patriar-

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=