Salud mental universitaria: voces, trayectorias y prácticas situadas
90 • SALUD MENTAL UNIVERSITARIA sonales y alimentación, como tiempo necesario; aquel que refiere al tiempo dedi- cado a estudios y tiempo de traslado, como el tiempo contratado; existe también el tiempo referido a tareas domésticas o de cuidado de terceras personas denominado comprometido y, finalmente, el tiempo de ocio conocido como libre (Dirección de Bienestar y Desarrollo Estudiantil, 2021). Depende de la trayectoria personal y las características sociodemográficas del estudiantado, que cada uno de estos tiempos adquiera distinta relevancia. Esto resulta importante a destacar en lamedida que son aquellos/as estudiantes trabajadores, de niveles socioeconómicos bajos, de género femenino y aquellas que son madres, quienes se verían afectados/as por una mayor demanda de tiempo asociado a estas dimensiones extracurriculares (Ibid.). Todo ello afectaría de forma negativa no tan solo en su desempeño académico, sino en su bienestar personal y en su salud mental. En relación con los tiempos de traslado, se ha evidenciado como los largos trayec- tos hacia el trabajo, retrasos en el tráfico y acceso limitado amedios de transporte se asocian a unamayor probabilidad de sufrir cuadros depresivos (Jimenez et al., 2019). Esto sería particularmente importante en el caso de aquellos estudiantes de regiones y aquellos que viven en sectores periféricos de la ciudad que se caracterizan por vivir en zonas con mayores niveles de vulnerabilidad. Es indudable que el estudio sobre el uso del tiempo de trabajo tiene un componente de género relevante, son las mujeres quienes lo realizan principalmente, por lo tanto, es un tema que debe ser abordado desde las políticas que integren una perspectiva de género (Encalada, 2015). Ahora bien, no basta con abordar la problemática desde un enfoque de género, sino que es necesario comprender las aristas socioeconómi- cas del fenómeno. Según señala la CEPAL 2018, las mujeres dedican mayor tiempo al trabajo no remunerado en los hogares de los quintiles más pobres, algunos de los motivos tras de esto tienen que ver con el tamaño de los hogares y la relación de de- pendencia. La diferencia entremujeres del quintil I yVsupera las 11 horas semanales mientras que la de los hombres de los mismos quintiles como máximo alcanza las 2 horas semanales (CEPAL, 2018). Desde una perspectiva más situada, a ello se agrega uno de los principales ha- llazgos de la encuesta (ELSAM) que señala que las mujeres estudiantes presentan más sintomatología ansiosa y depresiva así como riesgo suicida más alto (Martínez y Mac-Ginty, 2021), entre otros antecedentes que las sitúan como prioridad a la hora de figurar intervenciones así como generar otro tipo de resguardos institucionales. Esto cobraría primordial importancia a la hora de analizar el nivel de sobrecarga extracurricular que presentan las estudiantes mujeres de la Universidad puesto que merma directamente la cantidad de tiempo que pueden utilizar para sus horas de estudio. Asimismo, resulta importante visibilizarlo en lamedida que puede implicar
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=