Salud mental universitaria: voces, trayectorias y prácticas situadas

SALUD MENTAL UNIVERSITARIA • 81 dentro de las que se describe un rol más activo en la pesquisa temprana, el monitoreo y la entrega de información respecto a las redes institucionales, y otras posiciones más recatadas o que no se involucran con el fenómeno. En ese contexto, surgen las legítimas preguntas que intentan delimitar la implicancia adecuada que debe tener el profesorado en la temática, donde se reflexiona por “ ¿cuánto sabemos de verdad de salud mental como académicos? ” (académica) y, al mismo tiempo, se señala la preocu- pación por esa “ línea un poco difusa entre una acción terapéutica y una acción docente (...) que no son lo mismo ” (académica). Ante la búsqueda por calibrar la justa medida del rol docente en la salud mental estudiantil, desde esta investigación se establece como necesario que el cuerpo académico y docente, en tanto miembros de la comunidad educativa, cuenten con el conocimiento actualizado respecto de las instancias de atención y gestión para transmitir esa información al segmento estudiantil y facilitar los procesos de ayuda. En este sentido, lo que aquí se sugiere no es una labor terapéutica del profesorado, sino la posiblidad de posicionarse como un agente facilitador en el acceso a los flujos institucionales de atención y gestión. Esta posición docente, que funciona como un catalizador de flujos con los dispositivos existentes, no puede quedar al arbitrio de las voluntades contingentes del profesorado, sino que debe ser un puente cuyo res- guardo recaiga en la institución, a través de mecanismos estandarizados, y a la vez, contextualizados a la cultura de cada unidad académica. Gestión académica y sus efectos subjetivos y subjetivantes Un segundo elemento que aparece en el relato estudiantil es la importancia que se le otorga al rol docente y/o a la gestión académica en tanto entrega información pertinente sobre gestiones institucionales y administrativas importantes que tienen efectos subjetivantes para el estudiantado. Específicamente, el manejo de la infor- mación puede ser un factor protector o un factor estresor, respecto a los procesos administrativos-normativos, por ejemplo, frente a la reducción de carga académica, la postergación, la eliminación, el cambio de nombre social, la reincorporación, entre otros. En este sentido, el cuerpo académico puede cumplir un rol intermedia- rio que acerca e informa respecto a los procesos administrativos-normativos, y que destaca la importancia de reconocer el efecto que adquiere esa dimensión para el estudiantado. Las acciones que puede tomar el profesorado aparecen descritas en relato estudiantil como pequeños gestos que resultan de gran ayuda e impacto y que parecieran facilitar y fortalecer la comunicación con el profesorado y, además, con las instancias de gestión estudiantil, y, por lo tanto, enfatizan el significativo efecto que adquieren estas acciones. A este respecto un estudiante narra la importancia de esos movimientos:“ Entonces, como que eso como que es algo muy chiquito que podría

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