Salud mental universitaria: voces, trayectorias y prácticas situadas

SALUD MENTAL UNIVERSITARIA • 65 presentarán múltiples y complejos entrelaza- mientos según las particularidades de cada investigación 6 . De este modo, pensamos que una mirada estratégica-interseccional 7 habilita análisis situados de las relaciones de poder, yendo más allá de suponer sólo un eje de do- minación y/o una suma de ejes sin conside- rar sus articulaciones (Troncoso, Follegati y Stutzin, 2019). Al respecto, tal como propone pensar (Brown, 2000), es importante enfatizar que el estudio de las diversas modalidades de producción de subjetividad, como aditivas o superpuestas, puede soslayar que las personas no son simplemente oprimidas, sino también producidas a través de los discursos, esto es, en procesos de subjetivación que remiten a historias complejas. De este modo, pensamos que en lugar de reproducir las gramáticas carenciales del des- ajuste que atiende principalmente la dimen- sión de clase, o cada eje de opresión de modo separado en la experiencia universitaria, la comprensión de los distintos modos de hacer con el desencajar en el proceso de transición enseñanza secundaria-Universidad requiere 6 En futuras investigaciones sería inte- resante considerar la región de la cual provienen los/as/es estudiantes, etni- cidad, si son trabajadores/as/es, mi- grantes, si ejercen labores de cuidado, entre otras. 7 Con este concepto, nos inspiramos en Troncoso et al. (2019) quienes proponen el uso estratégico del concepto inter- seccionalidad, es decir, relevan su po- tencial político feminista presente en los feminismos negros, de color, lati- noamericanos, descolonizadores y queer, y resguardan mantener una reflexividad autocrítica y el desarrollo de investi- gaciones situadas. de miradas que atiendan las complejidades y múltiples capas de análisis que de los procesos de subjetivación universitarios despliegan. Sobre expectativas, promesas y afectos En el devenir histórico de nuestro país, estu- diar una carrera universitaria se ha instalado como norma, proyecto y destinomoldeado no sólo por aspiraciones de movilidad social as- cendente, sino también en la constatación de que sin una profesión las condiciones materia- les proyectadas hacia el futuro se tornan ines- tables y potencialmente precarias, tal como señalan algunas personas entrevistadas. Ahora bien, las expectativas de acceso a una educación superior de calidad y prestigio, como la que promueve la Universidad de Chile, involucran aspiraciones particulares moldeadas en un ho- rizonte de posibilidades donde la influencia del colegio de procedencia adquiere especial relevancia. Algunos estudios han enfatizado que tanto las aspiraciones de ingresar a una institución de calidad, como los logros académicos alcan- zados, se erigen en un sistema meritocrático que reproduce las estructuras segregadas de la enseñanza secundaria (Iglesias, Mendoza y Del Río, 2013; González y Dupriez, 2017). Sin embargo, aún cuando es posible observar una economía moral del mérito, fundamen- talmente basada en un esfuerzo motivado y feliz —presente en el imperativo de “llegar lejos” como dice une entrevistade—, destaca que la valoración de un espacio de encuentro, con la reproducción de las desigualdades en el espacio universitario, llevan a tensionar expec- tativas de mérito personal, y a problematizar, como hace por ejemplo Susana, una posición

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