Salud mental universitaria: voces, trayectorias y prácticas situadas

SALUD MENTAL UNIVERSITARIA • 59 del colegio a la Universidad logra generar cambios en su corporalidad, y describe que el acercamiento a una apariencia transmasculina, habilitada por el ser universi- tarie, marca un hito de reconocimiento del malestar que le generaban las presiones familiares: Lo de la identidad vine de antes […] pero mi madre nunca me dejó cortarme el pelo, nunca. De hecho en cuarto medio me lo cortaba solo en la sala de clases […] Recién cuando salí de cuarto medio e ingresé a la Universidad, me dejaron cortarme el pelo. Y tampoco tanmasculino comome hubiera gustado […] Pero no, definitivamente, no fue una razón hasta ahora que yo reconozco cómo esas cosas me molestaban, de que me pidieran algo que nunca quise ser, pero que antes no eran un problema paramí (Fabián). Durante el primer año era conocer gente y el conocerme en otres […] siento que me ayudó mucho conocer gente trans o no binaria y poder compatibilizar ahí, sentir que realmente vivía cosas muy parecidas […] me hizo muy bien conocer gente, que siento que así he estado como el primer de año de Universidad, como empezar a conocerme y empezar a conocer la U (Jessie). No obstante, hay experiencias donde las posibilidades de encajar con otres/as/os se tornamás difícil, pero no por ello limitante. De acuerdo a lo descrito por Catalina, por ejemplo, no se trata de una experiencia de arrojarse a un destino que, usualmente preconizado para quienes son nombrados como “estudiantes vulnerables”, es definido en base a la circulación de un riesgo de “deserción”. Dicho de otro modo, como dice Catalina, la experiencia de “desencajar”, que asocia a múltiples atributos subjetivos —“ser mujer, pobladora de la periferia, disidencia sexual, pobre”— adquiere un po- tencial crítico que la sostiene y anima a seguir en su carrera, en tensión con aquello que conforma lo esperado de un sujeto universitario y, por tanto, diferenciada radi- calmente de éste: Siempreme ha causadomucho ruido que en realidad nome siento como una estudiante universitaria […] antes de todo, soy mujer, soy pobladora de la periferia, soy disidencia sexual, soy pobre, pero nome veo primeramente como una estudiante universitaria […] siento que el sujeto social de estudiante universitario es algo queme desagrada dema- siado. Lo encuentro como ‘cuenteado’, como que piensa que se las sabe todas porque ha leído unos papers […] pero no es capaz de darse cuenta de lo que está pasando a su alrededor (Catalina, línea 422).

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=