Salud mental universitaria: voces, trayectorias y prácticas situadas

362 • SALUD MENTAL UNIVERSITARIA de la frustración que lo llevaba a situaciones de crisis cada cierre de semestre signado por malos resultados académicos. En específico, se trató de un proceso que lo acompañó en la construcción de una decisión subjetivada respecto a su carrera profesional y cuyo trabajo tuvo la forma de un esclarecimiento con herramientas psicoeducativas, mientras que se- guramente tomó otros planos en el proceso de psicoterapia que por cierto el estudiante mantuvo de forma ininterrumpida. En este contexto y luego de tres años de trabajo, el estudiante decidió renunciar a la carrera luego de trabajar en Consejería las implicancias subjetivas de dicha decisión y recibir orientaciones administrativas sobre el proceso, lo que tuvo como consecuencia el cierre del proceso de trabajo de acompañamiento en la Universidad. En suma, esta práctica compartida por la DAE Sociales contempló el acompañamiento a un estudiante con un diagnóstico grave de saludmental que implicó sostener un espacio en el contexto institucional que permita integrar las diferentes aristas de la intervención que el caso requería. Asimismo, ello implicó derivar asistidamente hasta la adherencia a los espacios de tratamiento así como el trabajo en conjunto con los/as profesionales de saludmental que atendían el caso desde la arista psiquiátrica y psicológica. Tuvo el desafío constante de construir la diferenciación de espacios de abordaje. Respecto a la evaluación de la práctica , en general tuvo una valoración positiva dado que contribuyó a la definición de una propuesta de trabajo en torno al acompañamiento en casos de estudiantes universitarios con problemáticas de saludmental graves. Respecto al caso en sí mismo, el proceso de trabajo se evaluó positivamente porque posibilitó que el estudiante tome una decisión subjetivada respecto a su proyecto académico formativo, en consideración y elaboración de aspectos propios de su saludmental. Apresuradamente podría percibirse de forma negativa que el estudiante haya renunciado a su carrera, no obstante se consideró ético que la intervención se conduzca por criterios que atiendan el bienestar singular del estudiante, criterios que no necesariamente son coincidentes con la lógica de la “retención estudiantil”, más aún al comprender que se trató de una decisión construída en el reconocimiento pleno de la autonomía de este sujeto. Por otro lado, en relación a la evaluación del trabajo con la carrera, es posible señalar que el proceso de trabajo permitió notar la importancia de definir y pensar la articulación con las carreras respecto al seguimiento de un caso de salud mental en aspectos como: la confidencialidad, las orientaciones psicoeducativas para la intervención (flexibilidad académica, psicopatologización, uso de medicación, límites de la gestión, etc.). En este plano la evaluación señaló que existen aspectos por mejorar. Finalmente, pero nomenos importante, en relación al diálogo con los/as profesionales tratantes y más allá del caso puntual, se hace necesario transversalizar los criterios de vinculación, límites y puentes que se pueden establecer para configurar el acompañamiento de casos de este grado de complejidad en un contexto institucional como el de la Universidad de Chile.

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