Salud mental universitaria: voces, trayectorias y prácticas situadas

SALUD MENTAL UNIVERSITARIA • 233 fue avanzando el proceso las estudiantes pudieron ir clarificando y distinguiendo qué asuntos eran responsabilidad de la coordinadora de línea y del Departamento, ya que ellas pensaban que la coordinadora no realizaba bien su trabajo al no despe- dir al docente en cuestión, sin considerar que ella no tenía esa potestad y estaba tan complicada como ellas con la situación. Finalmente, construyeron en conjunto con la coordinadora de línea un petitorio a la Dirección del departamento para mejorar las condiciones de ese curso, pero también de la línea de especialización en general, ya que era la línea con menos recursos destinados para funcionar (lo cual era parte del problema desde el inicio). De esta experiencia nos parece interesante destacar que, antes de la intervención, las estudiantes estaban lidiando de modo individual mediante dispositivos psi con sumalestar y sufrimiento a propósito de esta situación. Al ponerla en común y darse cuenta que todas estaban en algo similar se sintieron acompañadas entre sí y a su vez apoyadas por la coordinadora de línea, “ me siento súper apañada por las chiquillas, ahora ya puedo ir y enfrentar al profe porque sé que me apoyan ” (DAE, 2018). Esto generó lazos y vínculos que permitieron sostener demejor manera la desfavorable situación en la que se encontraban, de hecho, durante la ejecución del proceso decidieron retornar a clases y realizar las presentaciones en el curso. Las estudiantes dejaron de sentirse en una situación de indefensión y activamente dieron el pie a cambios importantes en la línea de especialización. Así también, pudieron diferenciar entre los roles de la coordinación de línea y dirección del departamento, lo que ayudó a vehiculizar sus demandas de modomás efectivo. Es evidente, también, que esta situación se genera por un maltrato radicado principalmente en concepciones machistas del docente en cuestión, aspecto que podría trabajarse con él si estuviese dispuesto a hacerlo. Asimismo, de parte del Departamento de la carrera se comprometieron a trabajar en los puntos del petitorio de las estudiantes. El segundo ejemplo es la experiencia de trabajo con tres organizaciones estudian- tiles y la co-construcción de una caja de herramientas para abordar los conflictos que viven en sus espacios colectivos. Esta intervención surge a propósito de la alza en las funas y cancelaciones que los colectivos estaban experimentando y cómo estas acciones merman y dificultan la organización política y social. La caja de herramien- tas es un compendio de modos de abordar los conflictos o diferencias en las organi- zaciones mismas, desde una perspectiva restaurativa, transformadora y feminista. Los miembros de las organizaciones aportan a la construcción de la caja con sus experiencias de abordaje de conflictos que ellos mismos han tildado de exitosas y des- de lo que habían hablado y se les daba la opción de filtrar lo que no qui- sieran compartir con las otras partes. Lo mismo sucedía con la Coordina- ción y Dirección.

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