Salud mental universitaria: voces, trayectorias y prácticas situadas

SALUD MENTAL UNIVERSITARIA • 195 que forman parte de la sociedad chilena, por lo que introduce políticas internas que buscan hacer parte de su cultura prácticas inclusivas e integradoras que establezcan y desarrollen condiciones mínimas de convivencia en un universo enormemente heterogéneo. El ma- lestar y su impacto en las trayectorias estudian- tiles son inevitables, del mismo modo que la diversidad en que se expresan, puesto que cada sujeto no sólo padece, sino además responde a su manera frente a las crisis subjetivas que irrumpen en distintas épocas de sus estudios. En las trayectorias esbozadas y en relación a la articulación sintomática, pudimos reconstruir la biografía y cartografiar los destinos del ma- lestar que resultaron más relevantes, a saber, la exigencia y la competitividad académica, el cuerpo y el consumo, el espacio social y la creación. Así, la consideración de la articula- ción sintomática en esta perspectiva, inscrita y analizada en un campo relacional en el cual se organiza el malestar, junto con la noción de una subjetividad, su historia y sus formas de tramitación, establece una clave de análisis que pudiera orientar prácticas de la saludmen- tal en las instituciones universitarias. Por otro lado, es relevante destacar el va- lor de integrar a las dinámicas de reconocimien- to en tanto clave analítica de las sociedades contemporáneas a fin de nutrir la reflexión en torno a la salud mental universitaria. Ha sido posible observar a partir de las trayectorias de estos tres estudiantes —en ese territorio que se configura en el encuentro de su biografía singular con la institucionalidad universita- ria— que el reconocimiento de los Otros tiene consecuencias determinantes en la manera en que se gestionan, tramitan y subjetivan las dimensiones del malestar y del sufrimiento psíquico. En este sentido, la relación con el reconocimiento del Otromuestra su huella en la emergencia inevitable de crisis y las diversas formas de hacer con ellas, así como en la or- ganización que eventualmente puede tomar la forma de cuadros psicopatológicos graves, que precisan sumar nuevas claves epistemológicas y de intervención más especializadas. En referencía aún al campo del reconoci- miento, las instituciones universitarias —en lamedida que ocupan un lugar privilegiado en las dinámicas socioculturales actuales— tienen diferentes flancos para posibilitar clivajes y divergencias respecto de aquellas formas de menoscabo, de negación estructural y coti- diana a las que varias veces están o estuvieron expuestos los/as/es jóvenes universitarios/as/ es que transitan por sus aulas. Es decir, es po- sible evitar las formas de reproducción de las prácticas de menoscabo y exclusión; al con- trario, es posible facilitar las condiciones de tramitación y subjetivación de las vivencias y experiencias de sus estudiantes. Lo anterior no solamente es viable mediante la activación de los dispositivos psi sino que en las prácticas e interacciones cotidianas de los miembros de su comunidad, también a través de sus marcos normativos y principalmente de su ejercicio formativo propiamente tal. Bajo estas coor- denadas, será posible analizar y atender con diferente perspectiva la persistente canali- zación de las demandas estudiantiles sobre salud mental hacia la institución universita- ria en tanto Otro. Ello en la medida que éstas operarían como una puesta a prueba del reco- nocimiento de esa historia biográfica y de las formas de su malestar para hacerles lugar en

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