Salud mental universitaria: voces, trayectorias y prácticas situadas
182 • SALUD MENTAL UNIVERSITARIA A este grupo se suma Mónica, estudiante de 21 años que estaba en la mitad de su carre- ra universitaria, se identificaba como mujer cis y vivía en una comuna del nororiente de Santiago. Estuvo en un colegio particular de su comuna de forma ininterrumpida durante toda su educación previa a la Universidad. ARTICULACIÓN SINTOMÁTICA Antes de avanzar con más detalles sobre las trayectorias, existe una dimensión fundamen- tal que es necesario introducir en relación a las trayectorias y la salud mental universita- ria: la articulación sintomática. Desde nuestra perspectiva, los padeceres psíquicos son un intento de tramitar aspectos de la historia no elaborados, y que exigen, bajo condiciones específicas, ser subjetivados. Pero al mismo tiempo, las formas de subjetivación se ven fa- cilitadas, obstruidas o inclusive producidas, en tanto los Otros, en este caso, integran en sus prácticas cotidianas el reconocimiento y/o la negación en el momento “actual” de dichos padecimientos. En este sentido, de los destinos de dicha subjetivación dependerá la configura- ción de escenarios más o menos susceptibles de emergencias sintomáticas. Si clásicamente el síntoma hacía metáfora de otra escena olvidada y reprimida (Freud, 2008), las investigaciones psicopatológicas actuales han insistido en un desplazamien- to desde las problemáticas edipianas, a otras cuyas coordenadas introducen al “ser” y sus condiciones de existencia relacional. Las fallas de reconocimiento en la prehistoria de las sub- jetividades, tanto como la manera en que los individuos enfrentan sus crisis al quedar des- validos sin los soportes requeridos, en algunas ocasiones, frente a la prueba de las exigencias y la indolencia de la realidad social e intersub- jetiva, producirían otro tipo de registro sinto- matológico al que es necesario dar lugar en la experiencia clínica, social e institucional. Missenard ha destacado hace ya algunas décadas la emergencia de … neurosis de vacío, patologías narcisistas, enfermedades del ideal [que] deben ser com- prendidas y abordadas en la cura de manera diferente. Las patologías narcisistas reconocen una base depresiva, es decir, una organización que se expresa menos con las categorías del tener que con las del ser: ser/no ser; existir / no existir (1991, p. 14). Por otro lado, hoy sabemos que muchos de los padeceres psíquicos se basan en condicio- nes que, si bien se articulan con el inconsciente reprimido, exigen integrar otras experiencias y claves teóricas. En otros casos, en cambio, se presentan duelos y traumas no resueltos por generaciones anteriores, problemáticas en la filiación, violencias y exclusiones de diverso orden (Cabrera, 2012). Así también, en un cam- po común respecto a estas llamadas “nuevas enfermedades” del alma, se han observado importantes dificultades en las subjetividades contemporáneas para simbolizar aquellos ma- lestares esparcidos en la dimensión imagina- ria, entre otras cosas, debido al lugar relativo de la función paterna que apoyaba el trabajo de simbolización. En la llamada hipermoder- nidad, de aquella función fundamental, queda lo que algunos llaman un testimonio, sin el soporte ideológico de antaño, inscrito en las
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