Salud mental universitaria: voces, trayectorias y prácticas situadas
SALUD MENTAL UNIVERSITARIA • 147 Finalmente, a partir del recorte precedente, es importante visibilizar los agen- ciamientos que articulan los/as estudiantes y sus procesos de subjetivación frente a experiencias sociales de la vida cotidiana, entre ellas las de la esfera universitaria. En uno de los casos surge como referente el estallido social del 2019, hecho que para esta estudiante habilitó atisbos de un quehacer politizado, un posicionamiento frente a las desigualdades sociales. COMENTARIOS FINALES En suma, ha sido posible observar que las transformaciones del sistema de educación superior, y las consecuentes políticas institucionales que buscaron activamente ma- yor diversidad estudiantil, dieron lugar a nuevas configuraciones en las dinámicas sociales y a procesos de transformación sociocultural al interior de las comunidades universitarias. En este contexto y en razón de esta investigación, fue posible visibilizar las significaciones, narrativas y prácticas cotidianas que surgen frente a las desigual- dades percibidas entre susmiembros. Asimismo, es interesante no perder de vista que la invitación a dialogar en torno a la saludmental universitaria habilitó la emergencia expedita de contrastes, brechas y tensiones a propósito de la desigualdad, principal- mente en la esfera interaccional entre los miembros de la comunidad universitaria. Los motivos de aquello probablemente se deban a que tanto los malestares psíquicos —que varias veces toman la gramática de la saludmental en sus manifestaciones— y los malestares sociales comparten un carácter social. Ahora bien, en consideración del lugar que ocupa la educación superior en térmi- nos de expectativas de movilidad social, no es irrazonable que la vida universitaria se disponga como campo privilegiado para la contrastación de las promesas de igualdad que se propusieron bajo la forma de reformas educacionales y políticas sociales. En este sentido, con las importantes transformaciones sociodemográficas en las últimas décadas la vida cotidiana y las interacciones en los espacios que se despliegan en el contexto de la educación superior se configuraron como plataformas en las que la igualdad es puesta a prueba. En consecuencia, pareciera que las formas tradicio- nales de sociabilidad se vieron tensionadas bajo las mencionadas expectativas de mayor horizontalidad y de trato igualitario en las relaciones (con otros/as y con las instituciones) que en general serían el reflejo de una mayor sensibilidad frente a las desigualdades que se han configurado tras varios antecedentes político-sociales, entre ellos el estallido social del 2019, y el actual proceso constituyente en curso. Es relevante dar cuenta de los diversos agenciamientos de los sujetos frente a estas configuraciones, entre las que ha sido posible distinguir que frente a las tensiones y contrastes con otros disímiles así como frente a diferentes tipos de brechas, de
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