Salud mental universitaria: voces, trayectorias y prácticas situadas

SALUD MENTAL UNIVERSITARIA • 137 Un aspecto relevante de las trayectorias de los/as estudiantes recientemente cita- das es que, frente a las disonancias encontradas en estas experiencias universitarias, ambos se remiten a sus propios grupos de referencia para tramitar, resolver y amor- tiguar estas diferencias. Práctica que además da cuenta de un quehacer “en tránsito” que facilita el dar continuidad a su vida en la institución universitaria y establecer puentes desde sus experiencias previas. Un estudio en el campo de la educación superior de Barrera-Herrera y SanMartín (2021) buscó describir la prevalencia de sintomatología de saludmental y hábitos de salud, bajo el análisis de diferencias según sexo, procedencia y nivel socioeconómico , junto al indicio de que la Universidad es un contexto que impone tareas y exigencias bastante comunes a los/as estudiantes. En esa misma línea, formulan a modo de hipótesis que tal contexto común uniformaría las condiciones de la vida cotidiana, bajo las cuales los/as estudiantes se desenvuelven, “disminuyendo el impacto de las condiciones sociales de la familia de origen, tales como la procedencia y el NSE, en el desarrollo de sintomatología de salud mental” (p.12). Esta aproximación es con- trastante con el señalamiento de que “la elevada desigualdad que existe entre los hogares en lo que respecta a recursos economicos, sociales y culturales representa un obstaculomayor a la efectividad que el sistema educacional puede tener para nivelar el piso de oportunidades de las nuevas cohortes de jovenes” (PNUD, 2017, p. 314). Por otra parte, las tensiones entre las/os estudiantes que comparten condiciones educacionales aparentemente “uniformes” parecen situarse conmás énfasis a nivel del lazo social, en la medida en que las interacciones cotidianas mismas funcionan como una especie de barómetro desde las cuales los diferentes planos de la desigual- dad son interpretados (Araujo y Martuccelli, 2015). Estas aproximaciones motivan a reflexionar con mayor detenimiento a partir de los emergentes de nuestro estudio, ya que es posible notar que el contexto de la educación superior en la actualidad configura nuevas y cada vez menos segregadas disposiciones en los espacios de interacción social; éstas, lejos del efecto de “em- parejar la cancha”, generarían más bien que las diferencias entre estudiantes se evidencien radicalmente, lo que daría lugar a tensiones en la sociabilidad cotidiana que, de acuerdo a ciertas perspectivas, darían cuenta de los efectos corrosivos de la desigualdad (OMS 2003, 2008, 2009). En este sentido, los efectos no sólo conciernen a la dinámica social sino también a salud mental mediante el establecimiento de comparaciones sociales estresantes (Jiménez et al., 2021; Layte yWhelan, 2014). Por lo mismo, resulta importante subrayar que en medio de un contexto investigativo que toma el fenómeno de la salud mental como su eje, emergieron contenidos que se extienden más allá del campo del malestar psíquico y de la psicopatología para posicionar también a las tensiones y malestares en el lazo social.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=