Salud mental universitaria: voces, trayectorias y prácticas situadas
126 • SALUD MENTAL UNIVERSITARIA específicamente aún de jóvenes estudiantes universitarios/as, parece mostrar un campo de estudio que requiere de análisis interdisci- plinarios futuros, más allá de la situación de pandemia aún en curso. Uno de los resultados más relevantes de este estudio ha sido la identificación de dife- rentes condiciones generacionales asociadas a la experiencia psico-social de diversos grupos etáreos. Resulta evidente que en el sector ju- venil y, más específicamente, universitario, el impacto de la pandemia ha sidomás crítico, al menos en los aspectos subjetivos, emocionales estudiados. En cambio, el sector de adultos/as mayores parece evidenciar recursos subjetivos para enfrentar la crisis, la que sería necesario estudiar en profundidad. No solamente en tér- minos de las diferencias inter-grupos, sino de la relación entre ellos, en consideración de que la “vida cotidiana en pandemia” pone en juego —o podría ponerlos en el futuro— dinámicas relacionales intergeneracionales susceptibles de análisis cualitativos ulteriores. De este modo, surge la pregunta sobre las condiciones diferenciales de jóvenes y adultos/ as mayores respecto a sus trayectorias de vida, al modo cómo enfrentan una realidad social cambiante, a los repertorios de recorridos biográficos que, de distinto modo, enfrentan la individualización del malestar subjetivo y social propio a nuestra época y a nuestras so- ciedades. El tema a investigar se refiere, específica- mente, al modo como los/las sujetos/as articu- lan las condiciones sociales e individuales de su experiencia en contextos de crisis. En otras palabras, cómo se sitúan en lo que Davoine y Gaudillière denominan, a propósito de expe- riencias traumáticas, “el cruce de la pequeña historia y la GranHistoria” (Gaudillière, 2021). A este respecto, es posible considerar hipoté- ticamente que en el sector juvenil hoy en día las referencias “simbólicas” tradicionales no son suficientes para tramitar las exigencias de un modo de sujeción psico-social donde los soportes de integración social, así como el papel de las instituciones (fundamentalmente políticas) se encuentran en entredicho. La cre- ciente individualización del malestar social, por ejemplo a través de su tramitación en las “gramáticas de la salud mental”, expresa con- diciones propias a los imperativos neoliberales del logro, el emprendimiento, así como una re- lación al tiempo en la cual un presente cerrado en sí mismo deja poco espacio para la historia y los vínculos trans-generacionales. Por otra parte, cabe considerar la pregun- ta por la “relación al otro” (o a los otros) en la experiencia subjetiva juvenil, especialmente cuando la realidad (social e individual) adquie- re un sentido crítico, es decir cuando se debe negociar la actualidad de las exigencias biográ- ficas con las referencias históricas pasadas y con las proyecciones hacia un porvenir incier- to. Cuando la temporalidad se juega en el “aquí y ahora” (imperativo propio a nuestras socieda- des), el peso de la cotidianeidad crítica dejaría poco espacio para encontrar en el apoyo de otros (próximos o lejanos) un recurso perma- nente de elaboración y de transformación.
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