Salud mental universitaria: voces, trayectorias y prácticas situadas

SALUD MENTAL UNIVERSITARIA • 101 un nuevo y desconocido mundo. La potencia de esta nominación emana de los primeros encuentros que sostienen los/las estudiantes al conocer el territorio universitario y los es- pacios litorales que la ciudad ofrece, los que, hasta antes del ingreso a la Universidad, eran totalmente desconocidos o al menos inha- bituales en su cotidiano y que inauguran un cambio significativo en el estudiantado. Dos de los recortes que se presentan a continuación podrían mostrar algo de esto: una vez entrando en laU, pucha, todo cambió, o sea , yo […] rara vez salía al centro, por ejem- plo, no conocía nada el centro […], entonces , eh, llegué a laU y conocí unmundo completa- mente nuevo (estudiante) . “yo entré a la U y fue como “¿qué es todo este mundo? […] no tenía idea “ (estudiante). En algunos casos los primeros acercamien- tos al territorio universitario pueden ser sig- nificados como encuentros chocantes que se caracterizan por la dificultad de dimensionar y asimilar el campus que semanifiesta con una grandeza inusitada. En ese encuentro, se des- cribe a los otros como una multitud agitada y vertiginosa en la que no se reconoce partici- pación y que indirectamente podría señalar la extranjería con la que en algunos casos se habita el nuevo mundo universitario. A este respecto una estudiante señala: el primer shock que sentí que fue más bien visual , (...) era una cosa como que yo veía que no podía dimensionar que fuese, no sé, tan grande , que tuviese áreas verdes,(...) y los arbolitos y todo ese cuento (...) mucha gente mucha gente y como que todos corriendo de un lado pa’ otro y que (...) yo no era [risa] como participe de ese tipo de cosas (estudiante). En consideración de lo anterior, se podría señalar que uno de los elementos a los que el estudiantado se enfrenta es al hacerse un es- pacio en el nuevo territorio universitario. Este progresivo quehacer pasa por conocer la di- mensión física ymaterial de los espacios pero no se queda allí sino que integra también los símbolos —nunca acabados— que pululan en la significación del territorio y que se conocen a partir de las discursivas preexistentes que aparecen en las interacciones con otros. No con poca frecuencia, desde los estudios sociales o urbanos, se tiende a presentar el territorio en su dimensiónmeramente cuanti- tativa, material y estable, en tanto “receptáculo vacío e inerte” (Martínez, 2013. p. 14) que luego es ocupado por objetos o personas. Sin embar- go, esta exposición prescinde de las dimen- siones simbólicas que también constituyen al territorio y que le vuelven susceptible de ser imaginado y semantizado, al dotarlo de nom- bres y discursos que le significan y construyen en su inmaterialidad (Corboz, 2004 [1983]). En este sentido, el uso de los espacios uni- versitarios es descrito en el relato estudiantil como un producto —plástico— de los despla- zamientos, los recorridos, las prácticas y las relaciones que se establecen con los otros, y que van enriqueciendo de significados —junto a otros preexistentes— la rugosidad del territo- rio. Lo que se pone de relieve aquí es cómo los tránsitos y andares cotidianos suponen un uso y, en consecuencia, una apropiación singular

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=