Salud mental universitaria: voces, trayectorias y prácticas situadas

100 • SALUD MENTAL UNIVERSITARIA ciados a beneficios para la salud, que incluyen una alta calidad de vida, baja percepción del es- trés y sentirse “muy feliz” al finalizar la semana (Holt et al., 2019; McFarland et al., 2008). Desde el contexto de la Universidad de Chi- le, a partir del trabajo colectivo de estudiantes, académicos y funcionarios, materializado en el Grupo de Trabajo sobre SaludMental (2020), se señala la importancia de evaluar e incre- mentar la infraestructura como un factor que aporta a la calidad de vida universitaria, al facilitar el encuentro y convivencia de la co- munidad en torno a, por ejemplo, actividades deportivas, de recreación, de organización co- munitaria, entre otras. De este modo, se hace hincapié en pensar la infraestructura y los es- pacios como facilitadores de oportunidades de encuentro y convivencia social y, a su vez, se sugiere considerar con especial atención la importancia de la infraestructura en aque- lla población estudiantil que vive lejos de sus facultades y/o que no cuenta con los espacios necesarios en sus hogares, con el fin de dar apoyo en la continuidad a las actividades que la vida universitaria demanda. De las recomendaciones respecto a los es- pacios universitarios realizadas por el Grupo de Trabajo sobre Salud Mental de la Universi- dad de Chile (2020) se pueden desprender, al menos, dos dimensiones de singular relevan- cia: en primer lugar, la importancia de señalar a la infraestructura y los espacios del campus universitario como el soporte material donde transcurre la vida universitaria, el que es pro- movido desde un acceso inclusivo y equitativo para los/as distintos/as actores/as de la insti- tución y, en segundo lugar, lo fundamental de reconocer a los espacios universitarios no solo en su dimensión material sino que también simbólica y vinculante con otros. En este sen- tido los espacios podrían adquirir la potencia de promover encuentros que faciliten un lazo con el otro, en su dimensión intersubjetiva e institucional, los que potencialmente podrían resguardar la salud mental de la comunidad universitaria de unmodo colectivo y transver- sal. Posicionado desde una vocación explora- toria, este escrito se propone como una apro- ximación general a la relación que establece el estudiantado con los espacios y lugares uni- versitarios. En tal sentido, lo que aquí procede no es una examinación exhaustiva sino que un mapeo inaugural en el que se cartografía frag- mentos experienciales de estudiantes referidos a los territorios y espacios donde transcurre la vida universitaria. De estemodo, el texto que aquí se presenta se organiza en dos apartados: el pri- mero, nominado “Cómo hacerse un espacio en la Universidad”, explora en los primeros acer- camientos estudiantiles al territorio univer- sitario y el desafío que implica hacerse de un espacio en el entramado material y simbólico que constituye al territorio; el segundo, referi- do a “Cómo los espacios favorecen un lazo con el otro y con el otro institucional” entrega es- bozos respecto a cómo éstos pueden potenciar o no un lazo con el otro y con la institución. ¿CÓMOHACERSE UN ESPACIO EN LA UNIVERSIDAD? En la abundancia de relatos recabados a lo lar- go de esta investigación, uno de los primeros aspectos que resaltan en las voces estudiantiles es el de significar al espacio universitario como

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