Cuentos en periplo: campaña "Besa la vida, cuida tu boca"
UNA NOCHE PARA RECORDAR Autora: Ana Isabel Guzmán Valenzuela Mirna era una joven de 16 años, quien hace un año había comenzado un tratamiento dental con frenillos. Actualmente terminaba sus estudios y comenzaba a preocuparle su imagen en la fiesta de graduación, pues quería que ese día fuese único y especial. Un día, Mirna llama a su amiga Rebeca, para conversar la situación y pedir un consejo. Mirna: “Hola Rebe, te llamo para contarte que me siento demasiado preocupada, porque no quiero usar mis frenillos en mi fiesta de graduación. Lo he pensado mucho, porque mi dentista me recomendó no quitarlos y debo usarlos de forma permanente, hasta que termine mi tratamiento. ¿Qué opinas tú? La verdad, me preocupa que mis compañeros de curso, me vean “rara”, yo quiero verme bella con mi vestido de fiesta; y con mis frenillos me veré mal, me siento incómoda de solo pensarlo”. Su amiga, Rebeca, le responde: “Mirna querida, yo creo que si usas tus frenillos como los recomendó el dentista, me parece que estarás haciendo lo correcto. Y me pongo en tu lugar, yo me sentiría igual que tú, me los quisiera quitar, siquiera por esa noche. Por esto, se me ocurre una idea: llama a tu dentista y pídele consejo”. Mirna: “gracias querida amiga, así lo haré y después te cuento”. Días después, Mirna visita a su dentista y le pregunta si es posible quitar sus frenillos para su fiesta de graduación, porque quiere estar despreocupada y tranquila, sobre su imagen. Ya que, su peinado y maquillaje son muy bonitos y ella quiere verse linda para ese día. El dentista le responde: “Mirna, tus frenillos son de uso permanente hasta que tus dientes estén sanos, ¿Tú conoces la importancia de este tratamiento?, tu misma quisiste hacerlo porque sabías que de niña no los cuidaste como debías. Te pido que no te preocupes, en tu fiesta estarán todos muy emotivos y entusiasmados con sus trajes, vestidos elegantes, por lo que no se preocuparán de tus frenillos. Por eso, te aconsejo que esa noche solo disfrutes y te sientas hermosa”. Mirna, después de mucho pensar, decidió no preocuparse de sus frenillos, en la fiesta, porque comprendió la importancia de este tratamiento para su vida. Decidiendo ir con sus frenillos y disfrutar su fiesta sin temores. Llega el día tan esperado, Rebeca ayuda a Mirna a arreglar su maquillaje y peinado, para que se sintiera hermosa y no se preocupara por sus frenillos. Al momento de la fiesta, Joaquín, un amigo muy especial de Mirna, la va a buscar a su casa, quedando asombrado de ver a Mirna muy bella con su vestido elegante, con su hermoso peinado y su rostro radiante de alegría. Joaquín queda sin aire ante tanta belleza y le dice “Estás hermosa, quisiera estar junto a ti toda esta noche”, Mirna fue feliz y se sintió hermosa toda la noche. Al final de la fiesta, Joaquín acompaña a Mirna a casa y le dice: “¿Mirna quieres ser mi polola?”, ella sonrojada de alegría dice “Sí” y ambos se dan un tierno beso en la boca. Mirna tuvo ese día, una noche para recordar sin pensar en sus frenillos. 64
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