Cuentos en periplo: campaña "Besa la vida, cuida tu boca"

De ese modo fue como Luben le contó a Frigga, su gran secreto, aunque ya ella lo había descubierto días atrás; él le dijo el por qué no se sonreía de frente a las personas y no gesticulaba ni articulaba al momento de conversar, y le dijo que a él le gustaría ser su pololo pero que sabía que así ella no querría besarlo, Frigga se mostró natural, como si era común esa situación, lo alentó y motivó, explicando que las caries no eran algo sin solución. Así fue como Frigga le propuso ir al odontólogo a Luben, para que lo chequearan, él le manifestó su temor por la visita al especialista por el ruido de los aparatos que usan en estos sitios y ella le dijo que eso era normal, que lo acompañaría cuando él decidiera asistir a la consulta, que ella iba con una doctora que era muy profesional, paciente, amable dulce y tierna, que contactaría una cita con ella para ir juntos. La decisión de Frigga estaba tomada, le daría un primer beso a su atractivo amigo, y se haría su polola, por lo que al tiro le contacto la cita con la doctora, era el quince de noviembre el día que iría al odontólogo; Luben pasó por casa de Frigga en horas de la mañana buscándola para que lo acompañara y fueron al consultorio, al regresar ya los dientes frontales de él ya estaban arreglados, él no ocultaría su sonrisa y tampoco voltearía su cara para poder hacerlo, podía sonreír y hablar libremente sin ocultar nada, y sobre todo podía atreverse a besar a Frigga pues sabía que ella le correspondería. Cuando estaban en la casa de Frigga, Luben estaba conversando como de costumbre con ella , se fueron acercando, ella se acercó más y más hasta rozar sus labios junto a los de él y así fue como se dieron el primer beso, pero que de forma inoportuna se acercó la hermana menor de Frigga y solo duro instante ese beso tan esperado y oportuno como una copa de vino blanco, duro un instante y dejó en sus almas y en sus bocas un sabor a gloria. 59