Cuentos en periplo: campaña "Besa la vida, cuida tu boca"
DRAKE Y SU IMAGINACIÓN Autor: Enzo Rodrigo Canales Yepez. Había una vez, un niño que se llamaba Drake e imaginaba muchas cosas, como; un auto volador, una ballena, caminando y cosas que hablan. Eran tantas las ideas que habitaban en su imaginación que no podían terminar, sólo porque pensaba en otra cosa. Un día le dijeron ¡Drake!, ¿Cuánto es 14+7?, respondió ¡4!, su mamá lo miró y habló, “es 21”, porque ahora respondes mal hijo, si antes respondías todas las preguntas que se te hacían. Mamá – respondió Drake, el problema es que tengo mucha imaginación y no puedo pensar en las respuestas que dicen. La madre respondió a Drake – “hijo sólo piensa en lo que dice la gente, trata de olvidar la imaginación y concéntrate en lo que dice la gente”. Lo que dice tú profesora. Mamá, mi profesor sabe que tengo mucha imaginación y no me impide que yo pueda crear, dice que debemos pensar siempre para que nuestros sueños se cumplan. Todo esta conversación la tuvo Drake y su mamá a la salida del Colegio. Al llegar a su casa Drake vio a su papá entrenando con un solo saco de box. Drake dijo, “papá porque eres tan fuerte”, el papá de Drake – dijo- “hijo, es que yo como mucho y entreno y eso tú tienes que hacer, para ser una persona buena, inteligente y fuerte”, y eso hizo Drake. Pero olvidó, un detalle muy importante, cuidar su alimentación. Con el pasar de los días comía y comía, alimentándose en base a comida chatarra. Muchos días después, él se vio en el espejo y sonrió y vio que sus dientes eran ¡amarillos! Gritando de susto. Lloraba porque él no era fuerte. El papá se acercó a Drake quien no paraba de llorar de tanta tristeza al extrañar el color blanco de sus dientes, y le dijo que cuando hablaba de comer, alimentarse era de comida sana no de comidas chatarras. Drake le dijo al papá, tú nunca me dijiste claro que tipo de comidas debía comer, no me hablaste de comidas sanas. El padre, le respondió, “hijo tú te fuiste antes que te lo explicaras”, “siempre debes lavarte los dientes después de cada comida y eso se te olvidó”, “pero no llores, el amarillo de tus dientes va a salir de tú boca y volverán a ser blancos cono la nieve, pero iremos al dentista para que te ayude”. Así partieron los papás de Drake al dentista, pero no se los había lavado, siendo un niño tan inteligente olvidó esa idea que era tan importante. El dentista, al pedirle que abriera la boca se dio de inmediato cuenta. ¿Drake te cepillaste los dientes?, Drake respondió – doctor se me olvidó, porque me apuré, y además uno se cepilla una vez al día. El dentista le explicó, “Drake, debes cepillarte después de cada comida y cuando tú lo quieras”. Le hizo lo que llaman una limpieza bucal con una maquinita que sonaba y sonaba, terminó la visita al dentista y le dijo, puedes comer lo que quieras, con cuidado y saludablemente, pero tú mejor amigo es el cepillo de dientes y tú pasta dental, le aconsejó llevarla todos los días al colegio y así, Drake, con tanta imaginación invitó a su casa a unos compañeros, los sentó en un sillón 47
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