Cuentos en periplo: campaña "Besa la vida, cuida tu boca"

Claudia llegó puntual, radiante, luciendo un vestido rojo que hacía juego con el color de sus labios. Me dio un abrazo, un beso en la mejilla y nos dirigimos a una mesa para pedir algo de comer. Se nos acercó un garzón, un chico joven que con simpatía nos extendió la carta, mientras nos decía: Les recomiendo para comenzar, unas empanaditas de la casa, hechas de pino y recién horneadas. Fue entonces, que con Claudia nos miramos y un silencio se produjo mientras con una leve sonrisa me dice: Perdóname, pero debo confesarte algo, no te besé tan cariñosamente y en la boca al encontrarnos porque me comí una empanadita de pino al desayuno, y aún siento su sabor… No terminaba su última frase, cuando una carcajada salió de mi boca y enseguida le pedí dos empanadas al chico y nos besamos apenas se marchó. 43

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