Cuentos en periplo: campaña "Besa la vida, cuida tu boca"

EL SUCIO DIENTECITO DE LA PRINCESA Autor: Felipe Daniel Necuñir Quintui Hace mucho tiempo, en un pueblito muy lejano, había una pequeña princesa llamada Sofía. A esta linda princesa le gustaba comer muchos dulces pero no lavarse sus dientes. Un día, a la pequeña Sofía se le cayó un dientecito de su boca el cual estaba sucio y muy feo. Aún así, la princesa Sofía decidió ponerlo debajo de su almohada pensando que quizás el ratoncito vendría y le daría una monedita. Aunque su sorpresa fue muy grande al ver que no apareció el ratoncito ni monedita alguna y fue un pequeño mago quien le dijo: “Tus dientecitos están sucios, si no los cuidas todos se te caerán y ni un solo dulce volverás a saborear”. Muy triste, la pequeña princesa salió fuera del castillo y pensó: “No quiero dejar de comer dulces pero tampoco quiero que se me caigan mis dientes”. De una pileta ella se echó agua en la boca y comenzó a hacer gárgaras hasta que pensó que ya era suficiente. Pero miró su reflejo en el agua, observó detenidamente sus dientes y aún así seguían sucios. La princesa Sofía caminó hacia un bosque y se encontró con un castor. Al ver al pequeño castor se sorprendió un montón ya que sus dientes eran enormes y blancos, y los de la pequeña Sofía muy pequeños y sucios. Ella curiosa le preguntó: “¿Castor, cómo puedes tener tus dientes tan blancos?”. Y el castor contestó: “Pequeña princesa… para tener los dientes blancos como yo, tienes que lavarlos tres veces al día todos los días y podrás tener los dientes más sanos”. Muy alegre la princesa Sofía le agradeció al castor y fue hacia su castillo, tomó su cepillo y comenzó a lavarse sus dientes y así lo hizo todos los días, contenta con sus dientes blancos y relucientes. Cuando consiguió tener sus dientes sanos y blancos, apareció el mago y la felicitó por tener unos blancos y hermosos dientes, la princesa Sofía se sintió feliz y jamás dejó de lavarse los dientes. Fin. 22

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