Ensayando (im)posibles
96 se entregan a la danza, cuya respuesta, reacción, propuesta, es desde la coreografía. Dicha respuesta abre nuevas preguntas: ¿Qué es hacer una coreografía? ¿Diseñar espacio? ¿Diseñar duraciones? ¿Diseñar acciones? ¿Diseñar modos de ser/estar con/en las cosas? ¿O es generar estrategias para estar juntas? ¿Para agitar el pensamiento? ¿Para expandir el horizonte? ¿Para (intentar) digerir el mundo? Entendemos lo coreográfico como una organización de relaciones de cuerpos, espacios y tiempos que agitan preguntas en torno a algo, en este caso, la sala de espera. El agitar estas preguntas desde el pensamiento de la arquitectura y el de la danza, hace que las nociones de lo escénico se muevan y nos presenten otros modos de habitar los lugares, otras dimensiones del estar en/con el tiempo. ¿De qué manera los movimientos repiten una instrucción, exploran sus límites, los transgreden? ¿En qué momento exceden la instrucción/el espacio/el programa? Las búsquedas coreográficas tienen que ver con posiciones y movimientos (en el sitio, o desplazándose; en particular o encontrándose), pero también con nuevas instrucciones de corte evocativo: verbos, conceptos, que requieren de una interpretación actuada. ¿Es la escena un lugar de producción? ¿De contemplación? ¿De acontecimiento? ¿De connotación de lo infra-ordinario? ¿Cuánto acontece entre nada y algo? ¿Cuánto podemos dejar de hacer? ¿Cuánto tenemos que dejar de hacer? ¿Qué se produce? ¿A qué universo pertenece lo hecho: a la danza o a la arquitectura? ¿Cuál es el resultado? El producto de este trabajo es un “objeto” que no es tal, sino que es un evento, un acontecimiento: algo efímero, que ha ocurrido durante un año y del que luego quedarán trazas, pero no una “cosa”. Mientras dura el proyecto, lo que tenemos son escenas. Este proyecto no se piensa para un escenario, de hecho, se rehúsa a ser montado en un escenario tradicional. Este proyecto arma escenas con CAPÍTULO 2 LA TRANSFORMACIÓN PRESENTE
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=