Ensayando (im)posibles

77 un poco como órgano sensorial: ‘percibe’ el mínimo roce o choque y origina enseguida entre los dos antagonistas, un equilibrio móvil y rítmico” (28). Las figuras de olas aparecen grandes en la periferia y van decreciendo a medida que llegan al centro (fig. 04). Más allá de mostrar cómo comienza con sonidos fuertes hasta el silencio del final, es también cómo los fluidos se van transformando y conectando entre ellos. Al igual que la persona que escucha la obra, que está (in)móvil físicamente y puede percibir el estado rítmico de los instrumentos, lo mismo ocurre con la partitura que, a pesar de estar (in)móvil en el papel, se mueve en su lectura circular. Esta forma circular con olas entrando en ella, representa también la de un oído interno al cual entra la música y la procesa en su mente. “El gran misterio de los líquidos en movimiento es que la ‘Armonía de las Esferas’ vibra y resuena en ellos. El oído humano se ha convertido en órgano sensorial concreto. Los fluidos en movimiento son la ‘puerta’ por la cual el hombre puede escuchar el eco terrestre de la ‘Armonía de las Esferas” (88). Este bucle sonoro no es solo parte de los espectadores, sino de todos los actores de la puesta en vivo. La figura esférica también se muestra en la disposición de los músicos en una espacialización circular, situándose al centro de la sala y con el público a su alrededor (fig. 05). Esto no solo permite que los intérpretes se puedan mirar entre ellos para coordinarse, sino también que las personas puedan ver cómo leen Fig. 04: Desarrollo notación lago. A la izquierda, Crumb, G. (1972), The magic circle of infinity, al centro, dibujo de un vaso de agua, un remolino y el interior de un oído del libro Caos Sensible, a la derecha, partitura de saxo del movimiento del lago. CAOS SENSIBLE

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