Ensayando (im)posibles

109 En la fotografía de la escena que he señalado, el vestuario del Tercer Acto de Diana es el punto de mayor atracción visual de la escena, –y si sigo con Deleuze emulando la idea de la “ley de los pliegues”–, aquí es la “ley de las puntas” o “ley de los cachos” la que actúa haciéndolos explotar en todas las direcciones, como si proyectara en cachos la fuerza y la potencia sexual de una mujer que, a esas alturas de la trama, se encuentra apasionadamente enamorada. La superficie textil es el pliegue y el repliegue de la textura que se amplía al punto de proyectar tales rayos de fuerza erótica. Guillermo Núñez lo declaró como un principio de trabajo: tratar estas superficies en los personajes como expresión de potencia sexual o su inexistencia, como pasa con otros personajes que ya están fuera de las ligas amorosas. Además, Diana tiene una evolución en tres pasos como personaje: un vestuario para cada acto, un color que se intensifica y se satura hacia “una sinfonía de rojos”, el volumen crece y las formas se yerguen y se proyectan. Hay humor en todo esto, hay chistes y chismes. Las paredes tienen ojos y oídos, las puertas hablan, dice el texto de Lope de Vega. Hay habladuría en este palacio, copuchas e intrigas que nos han divertido ahora en este ejercicio de espiritismo que estamos tratando de lograr para conectar los tiempos y los espacios. Reconstrucción textil en el proyecto Textil Sonoro Andrea Ortiz Díaz En este proyecto, el textil es proporcionado por el recuerdo, por la idea de lo que fue una época, un vestuario, un diseño, un creador y una actriz; el vestuario, perdido o ausente, reaparece solo en una foto, de la cual hay que lograr rescatar sus formas, texturas, modo de construcción, costuras, telas, etc. Todas estas son interpretaciones, que se suman a los escasos recuerdos que hay de éste. TEXTIL SONORO, MEMORIAS ENTRELAZADAS DEL CUERPO Y LA ESCENA

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