Agresiones sexuales: reflexiones acerca de la intervenciones psicológicas. volumen VI

95 Mujer criminal sexual: Percepción de los profesionales que trabajan en el proceso de investigación penal Alexandra Carrasco, Gabriela Dauvin, Paulina Trujillo ser agresora sexual, el que ellos se den con uno por esa cosa como maternal, usarla para abusar de un niño es una cosa que es mucho más terrible que ese tío que le da dulces y le dice juguemos a los pololos, por eso cultural del rol protector de todas las mujeres como posibles madres… (Comunicación personal, 24 de noviembre de 2015). Discusión y conclusiones La criminalidad y la violencia son construcciones sociales que surgen desde una realidad anudada a un conjunto de prácticas so- ciales, jurídicas, económicas y culturales. En el caso específico de la criminalidad sexual, uno de los núcleos de este estudio, diversos autores han reflexionado en torno al origen de este fenómeno relevando su base sociocultural, postulándose que este derivaría de la asimetría de poder construida y validada en torno al género, entendiendo este concepto también como una construcción social sobre lo que se espera de ser hombre o ser mujer, atribuyéndole al primero las mayores capacidades de dominación, fuerza y control. Lo anterior se condice con la idea que el estudio de las agre- siones sexuales y la criminalidad no puede ser reducida a la figura del agresor (Escaff, 2015), puesto que los agresores interactúan con su víctima en medio de un contexto histórico y cultural deter- minado, en el cual se inician, se desarrollan o se detienen deter- minadas situaciones. Los resultados de esta revisión y análisis documental indican que las percepciones respecto a la criminalidad de hombres y mu- jeres están mediadas por las atribuciones respecto a los roles que cada uno ejerce socialmente, tendiendo a adjudicarle a la mujer un rol nutricio y de maternaje que se limita a la protección de otros en el mundo privado. Mientras que los hombres son vistos como responsables de proveer a la familia, se les asigna un poder social que pueden ejercer en el ámbito público, donde el domi- nio a través del machismo sería una conducta esperable. Así, en el estudio de la criminalidad habría diferencias im- portantes si se considera la perspectiva de género, que parecen estar instaladas en el imaginario colectivo: el hombre sería visto

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=