Agresiones sexuales: reflexiones acerca de la intervenciones psicológicas. volumen VI

90 Agresiones sexuales. Volumen VI . Elías Escaff Silva. hombres agresores que el de las mujeres agresoras, pues tendían a no problematizar el abuso cometido por mujeres en relación con el perpetrado por hombres. Con ello, se planteaba el riesgo de que las víctimas no obtengan la protección que necesitan, per- petuándose con ello la idea de que el abuso sexual infantil come- tido por mujeres es más infrecuente y menos nocivo (Hetherton y Beardsall, 1998). Por su parte, Bunting (2005) refiere que el género del pre- sunto agresor desempeñaría un rol importante en cómo son lle- vadas a cabo las denuncias de parte de profesionales que trabajan en la protección de la infancia y en la configuración de la justi- cia penal. En las entrevistas realizadas a estos profesionales del sistema judicial, concluye que presentan una falta de aceptación frente a que las mujeres puedan desempeñar un papel igualitario en los delitos relacionados a agresiones sexuales o que puedan iniciar el abuso sexual (como se citó en Gannon y Rose, 2008). Otras investigaciones aportan resultados consistentes res- pecto al rol de los profesionales que participan en el proceso de evaluación, estableciendo la influencia de estos en el curso de las investigaciones penales. Tal es el caso del estudio llevado a cabo por Mellor y Deering (2010), con una muestra de 231 profesionales que participan en el área proteccional de la in- fancia (psiquiatras, psicólogos y trabajadores sociales), quienes respondieron un cuestionario que evaluaba las actitudes frente a conductas sexualmente abusivas en mujeres. Todos los grupos de profesionales consideraron que el abuso sexual infantil cometido por mujeres era grave y merecedor de atención profesional, sin embargo, hubo diferencias en su mirada respecto a los hombres agresores, tendiendo a considerar a las mujeres agresoras con ma- yor indulgencia. Esta diferencia sugirió tendencias a la minimización del fe- nómeno respecto a las agresoras, lo que conlleva consecuencias tanto para la víctima como para la mujer que comete el delito, al no acceder a un tratamiento adecuado y al no existir una sanción necesaria y justa. Por lo mismo, estos autores proponen que la ca- pacitación de los profesionales es la clave para alcanzar una mayor

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