Agresiones sexuales: reflexiones acerca de la intervenciones psicológicas. volumen VI
367 Profesionales que intervienen con agresores sexuales: Impacto del trabajo y directrices de prácticas de cuidado Andrea Castro, Marcela Soto agresores sexuales, han permitido reconocer ciertos elementos característicos de esta población. Estos serían: a) el desinterés por los pacientes; b) la pérdida de límites entre la vida personal y la- boral y c) la empatía (Lee et al., 2010) En otro estudio, donde se aborda la traumatización vicaria entre terapeutas que trabajan con violencia sexual, cáncer y prác- tica general, no se encontraron diferencias entre los tres grupos. Esto se explicaría por la baja tasa de participantes que puntúan lo suficiente como para presentar sintomatología clínicamente relevante, por lo que no es posible hacer conclusiones certeras en cuanto a distinciones y semejanzas entre los grupos (Kadambi y Truscott, 2004). Ahora, si bien la literatura da pequeñas luces respecto de al- gunos elementos que se destacan en esta población, no es posible reconocer que estos no se presenten de igual manera en quienes trabajan con víctimas, ni en otros tipos de grupos. En relación con la forma de contrarrestar el impacto, en la literatura nacional e internacional se han encontrado propues- tas de autocuidado diferenciadas según la labor realizada por los profesionales y temáticas abordadas. En esta línea, existen pro- puestas para docentes (Llorens, 2013), médicos (Arenas-Monreal, Hernández-Tezoquipa, Valdez-Santiago y Bonilla-Fernández, 2004), profesionales que trabajan con violencia (Arón y Llanos, 2004), entre otros. Como ya se mencionó, en la literatura se han utilizado con- ceptos como autocuidado y cuidado de los equipos, para referirse a la mitigación de los efectos negativos que pueden producir en el ejercicio laboral. Es posible ver que el autocuidado se inicia como una conceptualización de carácter individualista, en donde se prioriza que el profesional ejecute desde sí y para sí, conductas dentro de su vida profesional y personal, útiles para disminuir los efectos negativos del ejercicio de su labor (Arón y Llanos, 2004). Esto concuerda con lo encontrado en un estudio sobre es- trategias de autocuidado en equipos que trabajan en maltrato infantil, en donde se destaca que la responsabilización propia de los profesionales sería el principal agente de desarrollo del auto- cuidado (Santana y Faras, 2006).
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