Agresiones sexuales: reflexiones acerca de la intervenciones psicológicas. volumen VI

365 Profesionales que intervienen con agresores sexuales: Impacto del trabajo y directrices de prácticas de cuidado Andrea Castro, Marcela Soto sociales” (Arón y Llanos, 2004, p. 9). Destacando el rol institucio- nal, en torno a propiciar condiciones mínimas para la ejecución de la labor profesional. Algunas de estas condiciones tienen relación con la seguri- dad de los equipos, los estilos de liderazgo y los estilos de super- visión que se den en el contexto laboral (Arón y Llanos, 2004). Asimismo se destacan elementos prácticos para llevar a cabo el cuidado de los equipos, tales como generar espacios de vacia- miento, en donde los profesionales puedan ser escuchados por un colega en torno a sus aprensiones, afectos o valoraciones de los casos. Compartir la responsabilidad en la toma de decisiones riesgosas, o propiciar espacios protegidos, para explicitar y resol- ver problemas del equipo, entre otras indicaciones. ¿Qué se va a entender por prácticas de cuidado? En la presente monografía se entenderá por prácticas de cui- dado la realización de una actividad, conducta y/o condiciones por parte de los profesionales y/o institución, que tenga el pro- pósito de contrarrestar efectos negativos del ejercicio de la profe- sión y/o potenciales efectos positivos de estos. Por ello incluye la participación del profesional, el equipo de trabajo y la institución en la que se enmarca dicha labor. Desarrollo de la aplicación práctica del tema Características del trabajo con agresores sexuales. Ya desde los 90 se comenzaron a estudiar los efectos en los profesionales que trabajan con agresores sexuales (Farrenkopf, 1992; Kearns, 1995; Shelby, Stoddart y Taylor, 2001). Así, se ha descrito que estos profesionales deben manejar importantes reac- ciones emocionales, vinculadas a la ansiedad, la rabia y el disgusto al escuchar el contenido traumático del relato de sus pacientes. Además, se ha encontrado que sufren de perturbaciones cogniti- vas en la línea de la negación y minimización, entre otras (Way et al., 2004) Kraus (2005) afirma que quienes trabajan con ofensores sexuales están expuestos a escuchar experiencias horrorosas de abusos perpetrados por el usuario. Es este proceso de trabajo, la

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