Agresiones sexuales: reflexiones acerca de la intervenciones psicológicas. volumen VI
357 Profesionales que intervienen con agresores sexuales: Impacto del trabajo y directrices de prácticas de cuidado Andrea Castro, Marcela Soto ellos, tanto a nivel personal como profesional (Heather y Firestone, 2007). Estos efectos se manifiestan de diversas maneras, como por ejemplo en licencias médicas, deserción laboral, ineficacia, entre otros (Morales, Pérez y Menares, 2003). Se han desarrollado diferentes conceptualizaciones que permiten explicar y entender de qué se trata este fenómeno, que surge a partir de la investigación dentro del campo de la psicolo- gía en general, e incluso, algunos de ellos desde otras disciplinas. Una de las conceptualizaciones más utilizadas hace alusión a bur- nout, el cual se aplica a personas que realizan diversas tareas, y se evidencia en un estrés crónico caracterizado por agotamiento físico y psicológico. Conceptos como este muestran estos efectos en profesionales de diversas áreas, como profesores, enfermeros, psicólogos, etcétera (Morales et al., 2003). Sin embargo, dada la incidencia de este fenómeno, se han creado conceptos vinculados con profesiones cada vez más aco- tadas o que tienen algún punto en común, como lo son, por ejemplo, aquellos profesionales que trabajan con el sufrimiento humano, en donde surgen temáticas como violencia y trauma. Dentro de esta área en particular se incluye el concepto de traumatización vicaria, referido a la reproducción de los síntomas y sentimientos de las víctimas en la vida privada del profesio- nal, aludiendo a que al trabajar en estas temáticas este también pone en juego su propia historia vital (Arón y Llanos, 2004). Profesionales de la salud mental, como psicólogos, psiquiatras; trabajadores sociales, entre otros, son los principales afectados de este tipo particular de fenómeno. En esta misma línea conceptual es posible mencionar la trau- matización de los equipos, la que se refiere “al efecto de repro- ducir en el grupo de trabajo las dinámicas de paciente terapeuta” (Arón y Llanos, 2004, p. 5). Lo anterior da cuenta de las diferentes formas en que el tra- bajo puede afectar a los profesionales, tanto a nivel grupal, pro- fesional como personal, lo que puede ir en desmedro del buen ejercicio profesional y tener consecuencias directas en el paciente. En esta medida, se hace necesario reflexionar en torno a cómo se pueden mitigar dichos efectos o impactos, considerando
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