Agresiones sexuales: reflexiones acerca de la intervenciones psicológicas. volumen VI
341 “Yo también quiero decir algo”: Abordaje de la terapia grupal para hermanos y hermanas de víctimas de agresiones sexuales... Karina Saldías, Natalia Villanueva de tratamiento cuando la agresión ha ocurrido en un contexto intrafamiliar (Baker et al., 2001). Impacto en el sistema familiar: independiente de las dinámi- cas de base que pudieran haber existido en la familia previa a la develación, la agresión sexual en sí misma altera la dinámica fami- liar (Baker et al., 2001; Malacrea, 1998 como se citó en Espinoza et al., 2011). Pueden surgir a partir de este evento sentimientos de culpa, rabia, traición e indefensión, además de sintomatología que pudiera incluir cambios conductuales (Espinoza et al., 2011). Por ello la familia debe establecer dinámicas que favorezcan un nuevo equilibrio en el sistema, pudiendo estas no responder a las necesidades de todos los miembros, en específico del hermano que no fue víctima, concurriendo los cuidadores primarios en negligencias (físicas y/o emocionales) hacia otros miembros a su cuidado, como pudiera ser la parentalización de alguno de los hermanos ante la imposibilidad de los adultos de satisfacer las necesidades de los miembros a su cuidado (Espinoza et al., 2011). Estigmatización: los procesos penales y proteccionales pue- den ser vividos por los hermanos como estresores dada la exposi- ción de la familia a otros sistemas (como el tribunal o los servicios encargados de la protección), ante los cuales los hermanos pue- den no recibir el apoyo necesario de parte de los padres dado su foco en la víctima (Baker et al., 2001). Además, el tabú social que rodea a la sexualidad puede transformarse en sentimientos de vergüenza en el niño al no saber cómo enfrentar las preguntas de otros —ya sea pares o profesionales—, a su vez de sentimientos de estigmatización por parte de su entorno social (Baker et al., 2001). Sentimientos contradictorios hacia la figura del abusador: Bentovin (1991 como se citó en Baker et al., 2001) señala que cuando la agresión es cometida por una de las figuras parentales el hermano se encuentra en un conflicto de lealtades, entre un padre o madre a quien ama y su hermano. Dado que usualmente el hermano es alejado de quien perpetra la agresión, es posible que surjan sentimientos de dolor ante la pérdida que deriven en resentimiento hacia la víctima. Asociado a ello, Baker et al. (2001) describen como fenómeno el que la figura parental agresora pro- yecte la responsabilidad de la situación hacia la víctima, ante lo
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=