Agresiones sexuales: reflexiones acerca de la intervenciones psicológicas. volumen VI

340 Agresiones sexuales. Volumen VI . Elías Escaff Silva. Promover la seguridad del hermano no agredido: Boney- McCoy y Finkelhor (1995) concluyen a partir del estudio que rea- lizaron en víctimas de agresiones sexuales que existe una mayor prevalencia de agresiones sexuales en familias donde ha existido un abuso sexual previo de alguno de los miembros que en aque- llas en que no, lo cual problematiza la necesidad de promover la resignificación de la agresión por parte de todos los miembros del sistema familiar. A su vez, la literatura indica que dentro de los riesgos de la agresión sexual entre hermanos es importante considerar la resignificación de una agresión para el niño o joven agredido, como la instalación de estrategias de cuidado familiar y de autocuidado en los hermanos no agredidos (Baker et al., 2001; Barudy, 1998; Caffaro y Conn-Caffaro, 1998). Por otra parte, Hardy (2001) refiere que la percepción de la dinámica abusiva en- tre hermanos es reconocida en retrospectiva y no en el momento de la agresión, lo cual podría asociarse a dificultades propias de la niñez para establecer parámetros normativos respecto a contactos adecuados o inadecuados entre hermanos, como también al tabú que existe respecto a hablar sobre sexualidad, e incluso la nor- malización de estas prácticas como parte del desarrollo normal entre hermanos. Patrón de relación intrafamiliar disfuncional previo a la agresión sexual: las investigaciones han establecido que previo a la agresión sexual existirían patrones que posibilitan posibles vulneraciones a sus miembros, lo cual implicaría la necesidad de intervenir con la familia en su totalidad para prevenir la ocurren- cia de nuevas victimizaciones (Baker et al., 2001). Se han recono- cido ciertas características compartidas presentes en las familias en que ha ocurrido una agresión sexual, entre ellas: alto estrés familiar (Finkelhor, Hotaling, Lewis y Smith, 1990; Hardy, 2001), pautas transgeneracionales de tolerancia a la agresión sexual (Barudy, 1998; Garciandía y Samper, 2010), historias de abuso físico y sexual de los padres, límites difusos en el sistema fami- liar, marcadas diferencias de poder entre los padres y aislamiento de redes familiares y/o comunitarias, entre otras (Baker et al., 2001). Debido a lo anteriormente señalado, se establece que es particularmente importante incluir a los hermanos en el proceso

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