Agresiones sexuales: reflexiones acerca de la intervenciones psicológicas. volumen VI

256 Agresiones sexuales. Volumen VI . Elías Escaff Silva. ‘conocer’ la agresión, aunque lo ignore, evitando cualquier verba- lización al respecto y manteniendo siempre una duda” ( PDI , 2004, p. 69). La madre, quien mantiene fuerte dependencia emocional respecto del padre, se encuentra en una posición de subordina- ción en relación con su marido, “su pertenencia al sistema conyu- gal es prioritaria respecto a su función de madre” (PDI, 2004, p. 69). Es a partir de una posición relacional, de carencias afectivas, donde la madre frente a la develación de abuso sexual, junto a su pareja, desarrollan un patrón de enfrentamiento de conflictos, pudiendo adquirir la forma de patrón tolerante o intolerante, el cual dependerá “del grado de aceptación, o negación y/o minimi- zación de esta” (PDI, 2004, p. 72). Patrón tolerante frente a agresiones sexuales de carácter intrafamiliar El patrón tolerante se entenderá como “la tolerancia frente a las faltas como pauta relacional (…), desarrollo de mecanismos psicológicos que sostengan esta actitud (desconfianza de las pro- pias percepciones, minimización o negación de las faltas, meca- nismos de exclusión y autoengaño, duda crónica como resolución, etc.)” (PDI, 2004, p. 72). De acuerdo con la literatura, las madres con patrón de enfrentamiento de tipo tolerante se encuentran muchas veces ‘ciegas’ para percibir la agresión, por tener a la base un patrón de dependencia con su pareja, jugando un rol pasivo dentro de la relación, situación pasiva que se replica entonces ante la develación del abuso. Este patrón de enfrentamiento por parte de la madre cobra relevancia al momento de situarse en la intervención que se lleva- rá a cabo debido a que, como lo mencionan las autoras Sinclair y Martínez (2006), “el apoyo materno es el factor más significativo en la moderación del impacto traumático en los niños” (p. 25), así también Arriagada y Thiers (2005) refieren que quienes reciben apoyo emocional de un adulto no agresor, presentan menor sinto- matología que los que no reciben apoyo. Siguiendo esta línea, el impacto en el pronóstico y en la recuperación del niño-niña-ado- lescente estará influido por la posición emocional que tome la

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