Agresiones sexuales: reflexiones acerca de la intervenciones psicológicas. volumen VI
185 La Solicitud de Credibilidad del Relato: Una Dificultad en la Evaluación Psicológica Pericial a Población Preescolar Javiera Michea L., Francisca Parra R. Por otra parte, asumir la narrativa como fundamental en la construcción de la experiencia, y como la narración depende del lenguaje, significa que construimos nuestros significados del mundo a través del lenguaje, que es una actividad determinada de manera intersubjetiva y culturalmente (Capella, 2011). Tanto Karmiloff y Karmiloff-Smith (2005) como Serra (2013) señalan que la capacidad de producir narraciones es un proceso que se extiende por un largo periodo de tiempo. Este hecho impli- ca que lo que podemos esperar de la producción narrativa de un niño de 2 a 3 años y de un niño de 10 años, sea totalmente distinto. Serra (2013) señala que las narraciones se insertan dentro del discurso conectado, esto es, “unidades de habla compuestas por diversos enunciados organizados temáticamente” (p. 517). El origen de este tipo de discurso se encontraría en la conversación entre un hablante experto y un aprendiz, en este caso, entre el adulto y el niño. Desde aquí comienza a desarrollarse en los niños la capacidad de narrar. Debido a esta importancia en la interac- ción, el adulto es quien tiene el mayor peso en la construcción y desarrollo de la conversación y, además, son ellos los que van proporcionando al niño, de manera implícita, los modelos con- versacionales y narrativos básicos que luego irán desenvolviéndo- se progresivamente. En este mismo orden de ideas, entender el desarrollo narra- tivo como un proceso permite observar distintos momentos en su progresión. Así, se proponen algunas características de las narra- ciones en la infancia, donde el desarrollo narrativo va desde alre- dedor de los dos años y se completa entre los diez y doce años en sus aspectos centrales. Tanto Karmiloff y Karmiloff-Smith (2005) como Serra (2013) identifican dos etapas relevantes en lo que respecta al desarrollo de la narración infantil. La primera etapa que abarca desde los dos hasta los cinco años y una segunda etapa que se extiende entre los seis y los doce años. Para distinguir estas etapas, se sostiene la presencia de diferencias tanto a nivel de la estructura narrativa como del contenido. En cuanto al contenido, los niños pequeños suelen hablar de personas que forman parte de su medio social y, por tanto, los personajes estarán influidos por su experiencia personal. Sobre la estructura, en la primera
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