La vida de las mujeres teporeras de la región de O'Higgins: hogar, trabajo y salud

60 Raquel, por ejemplo, cuenta de un accidente cuando estaba cargando raíces de matas. Una de estas matas, al levantarla, le pegó en la pierna. “Fue tan fuerte el varillazo que me dió que al final no podía caminar”, dice Raquel. “Empecé a cojear y me llevaron a la mutualidad, y ya, en la mutualidad me revisaron y todo. Y ya, después se me puso morada, po’, la pierna, y la persona de la mutualidad me revisó y yo le dije ‘¿me va a dar alguna licencia?’, ‘No’, me dijo, ‘no es necesario’, pero yo le dije ‘siento dolor’…porque al otro día era día viernes y tenía que salir a trabajar y resulta que me dijo ‘no, no es necesario, esto se te va a pasar’. Al otro día no podía caminar y no fui a trabajar, po’. Pero claro, perdí el día. O sea, no me dio nada de tiempo para poder recuperarme, ¡nada! (…). Uno igual se pone a pensar que si tengo un accidente, si me pasa algo, ¿quién responde?” Las mujeres también hacen referencia al recurrente rechazo de sus licencias en las mutualidades y la dificultad burocrática para lograr hacer apelaciones al caso. Esto, dicen, las priva de sus derechos como trabajadoras y las obliga a ir en búsqueda de ayuda en el sistema de salud público y priva- do. El caso de Macarena, mujer de cincuenta años, ejemplifica cómo todas estas malas experiencias con la seguridad social (laboral y no laboral) se ma- nifiestan en conjunto. La temporera cuenta que un día se cayó de una escale- ra en época de cosecha y la llevaron a la mutualidad correspondiente por medio del contratista. Dice que sólo le tocaron por encima del pantalón y que le dijeron que la rótula en su rodilla estaba bien. El doctor le dijo que fuera a trabajar al día siguiente. “Al otro día” dice Macarena, “no podía ni caminar, yo cosechando con escalera, no pude… Me dejaron en el bin ano- tando, para no perder el día.” Con un suspiro, Macarena relata cómo decidió volver a la mutualidad porque sentía mucho dolor, y que luego de mucho insistir le hicieron una radiografía en la cual “no salió nada”. “Me salió que no estaba fracturado, po’, entonces me dijeron ‘¡a trabajar de nuevo!’ Al otro día me fui de nuevo porque no aguantaba los dolores, pero ahí me dieron tres días de licencia no más.” 57 Contenedores plásticos de almacenamiento industrial que ayudan a mantener la organización. 57

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