La vida de las mujeres teporeras de la región de O'Higgins: hogar, trabajo y salud
44 siguió toda la cuadrilla también. Al final nos vinimos todas, y ahí quedó la pega . Nos tuvimos que venir caminando porque el furgón sólo hacía dos fletes. Entonces para más remate, nos tocó irnos caminando. Esas son anéc- dotas que nos pasan a las temporeras.” Otro tema común de conflicto es la organización del trabajo, en espe- cial el enviar a un grupo de temporeros a hacer el trabajo atrasado de otros. En el campo, esa transferencia supone para las temporeras un esfuerzo físico extra e innecesario. Marisol cuenta cómo una de las cosas que más enojan a los trabajadores agrícolas es que los envíen a ayudar a otro grupo y que luego los “reten” por un trabajo mal hecho por otros temporeros. “Entonces”, dice ella, “esa rabia me pasó esa vez, que me mandaron a mí con la Berni, fuimos pa’allá , que solamente teníamos que sacar los sacos para afuera, porque iba a pasar el coloso , recogiendo los sacos. Y no habían hecho ná’, y ellos estaban esperando que nosotros les fuéramos a ayudar en lo que esta- ban haciendo, pero no habían hecho nada.” Otra temporera, Fernanda, recuerda algo similar trabajando en un invernadero: “Ya, supongamos que ese grupo terminó de plantar y el otro grupo que estaba tapando hoyos no avanzó, pero el de plantación sí avanzó. Entonces, la jefa quiere que, termi- nando ahí, quiere que vayan a ayudar a los que están tapando hoyos. Ahí empieza el drama.” Las relaciones laborales entre trabajadores y trabajadoras forman otra dimensión importante que define la calidad de la experiencia. Las entrevista- das dicen que es difícil sobrellevar el día a día en lugares de trabajo donde hay desconfianzas entre temporeras y temporeros. Dichas situaciones gene- ran lo que ellas llaman “envidias”, que pueden darse, por ejemplo, cuando una temporera llega a trabajar y se asume que sólo consiguió su trabajo porque tenía algún contacto previo, el conocido pituto . Así lo vivió Rocío en una ocasión: “Decían que yo supuestamente me las creía todas porque era la señora de otro, y que yo poco menos que iba a mandar, ¡cuando yo soy de lo más sencilla! Más que ando barriendo, limpiando, ¿qué me voy a andar creyéndome el cuento porque mi marido trabaja de planta ?” Carro agrícola de tracción. 39 39
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