La vida de las mujeres teporeras de la región de O'Higgins: hogar, trabajo y salud

43 significara quedarse sin trabajo y caminar por kilómetros. “En ese fundo llevábamos casi cuatro días”, cuenta Fernanda, “había- mos entrado recién a ese fundo. Había gente que ya había trabajado ahí, yo era la primera vez que iba. Y el caballero, eran como las ocho de la mañana y diez minutos más o menos, y nos dijo ‘ya, caminen hacia adelante y tienen que ir al cuartel tanto’. Yo no tenía idea cuál era el cuartel, ni las chiquillas tampoco. ‘Y esperen al jefe más adelante', nos dijeron. ‘Ya espérenme más adelante mientras yo vengo, voy a buscar los implementos de trabajo.’Y nos quedamos paradas porque no sabíamos adónde teníamos que ir. Y venía el patrón en el auto, y nos empieza a gritar de adentro del auto. El patrón retán- donos, porque eran más de las ocho de la mañana y que estaba perdiendo plata con que nosotros estuviéramos ahí parados después de las ocho. Y ahí nos empezó a retar que cómo se nos ocurría estar ahí, que nos estaba pagan- do, que estaba perdiendo plata con nosotros, que como éramos tan irres- ponsables, que quién nos creíamos. Y acá con garabatos, ¡hasta con garaba- tos!, a cada rato (…). Y le dije ‘oiga patrón, no es culpa de nosotros, nos man- daron para acá y que tenemos que esperar los implementos de trabajo.’‘Sí, es que ustedes siempre tienen una excusa, que tienen como defenderse’, me dijo. ‘Si, po’ , patrón, no tenemos la culpa, si mire, el jefe viene por allá.’ Venía recién entrando a los cuarteles, ‘y este tal por cual ¿qué se cree?’, dijo, ‘me tiene a la gente parada aquí a las ocho y cuarto, ya he perdido cuánta plata con ustedes paradas’. ‘Oiga patrón’, le dije yo, ‘pa’qué, a mí no me gusta que me griten, no me levanta la voz ni mi marido. Dejemos la pelea hasta aquí’.” Según relata Fernanda, después de contestarle a su jefe, éste le dice: “No, es que usted es una comunista, ustedes tienen palabra para todo, tienen excusa para todo, siempre quieren ganar.” Fernanda, quien es alguien con experiencia, no tuvo miedo: "Yo le dije ‘¿Sabe q ué ma’? Yo no sé qué es comunista porque yo de política no entiendo nada en primer lugar. Pero si usted lo dice será, pero como le digo, muchas gracias pero yo…no, ni siquie- ra es culpa de nosotros. Nos deberían dar los implementos, y no es como que usted venga así a tratarnos así de esta manera y levantarnos la voz. No le aguanto a nadie que me levante la voz’, le dije. Entonces ahí me retiré y me

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=