La vida de las mujeres teporeras de la región de O'Higgins: hogar, trabajo y salud

42 Además de estas condiciones, la experiencia de las temporeras se define por la calidad de las relaciones sociales en el trabajo. Esto es un terre- no delicado, porque tal como sucede en otros espacios laborales a nivel nacional y global, los ambientes rurales también pueden ser hostiles. Eso se debería a malas relaciones entre trabajadores, como también entre supervi- sores y empleados. Las temporeras cuentan de la ocasional existencia de relaciones autoritarias por parte de jefes, favoritismos por parte de emplea- dores o supervisores, ambientes de poca confianza entre trabajadores y experiencias de acoso laboral y sexual. Dichas situaciones, que también pueden darse en otros rubros, toman una forma particular en el mundo agrícola. Por ejemplo, el que exista un jefe autoritario que está constantemente vigilando a las temporeras, incluso “pitándolas” desde la camioneta, se vivencia de manera particularmente intensa y frustrante cuando el trabajo es físicamente demandante, y si además el fundo no ofrece un lugar y momento para tomar descansos. Raquel dice que a ella le “molesta” y le “estresa” el hecho de que les estén llamando la atención si los ven “dos o cinco minutos parados”. Además, dice no tener dónde descansar de manera tranquila: “No tenemos lugar, como otras empresas en las que he estado, que uno puede salir o ir a un comedor. Aquí no hay bancas, no tenemos nada de eso, ¿entonces qué quiere que hagamos?” Así es como uno de los temas recurrentes y de gran relevancia para comprender la vida laboral de las temporeras, son las relaciones conflictivas con jefes, supervisores y/o empleadores. Muchas sienten presión, sobre exigencia, y miedo a ser tildadas por parte de sus empleadores como “pro- blemáticas” e “irresponsables”. Como dice una temporera: “Es constante eso de que yo tengo que hacer bien mi pega porque si no me van a echar.” Debido a la necesidad económica es que muchas temporeras dicen que la mejor estrategia ante un jefe abusador es pasar inadvertidas. Sin embargo, también hay otras que optan por hacer frente a los malos tratos. Por ejemplo, Fernanda cuenta cómo, después de tener un conflicto con un jefe que abusó verbalmente de ella, decidió irse inmediatamente del fundo, aunque eso

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