La vida de las mujeres teporeras de la región de O'Higgins: hogar, trabajo y salud
38 plata?’ Entonces ahí me dicen ‘porque usted falló aquí, entonces es tanto menos’. Entonces por ahí nos arreglamos.” Lo segundo, dice Gabriela, es ser directa y exigir el contrato. “En ese tiempo trabajábamos así de forma esporádica, después en la cosecha (...) y el jefe dijo ‘saben chiquillas, yo les tengo trabajo si ustedes quieren, así, todos los días’. Yo le dije ‘ya’, pero yo le dije ‘yo necesito que usted nos haga contra- to’. Y me dijo ‘ya po’ , le hacemos contrato’… ¡Pero había gente que estaba ahí trabajando sin contrato por muchos años! Y cuando supieron que nosotros habíamos pedido el contrato, ellos pidieron contrato también, ¡pero todo lo para atrás lo perdieron!” Lo tercero, siguiendo a Gabriela, es decirle al em- pleador de que ella misma se asegurará de que las cotizaciones estén en orden: “Usted vaya y diga, ‘a ver voy a ir a Provida yo po’, voy a ver mis cotiza- ciones, voy a ver la salud, si me están imponiendo’.” Lo más difícil parece ser enfrentar al empleador que no hace contratos o que no paga lo que se les debe. El relato de Laura muestra cómo estos actos fraudulentos pasan inadvertidos y cómo puede ser agotador exigir lo que es “básico”: “Con un contratista una vez estuve dos semanas, incluso tres semanas sin que me pagara. Le dije que iba a ir a la Inspección del Trabajo y con el sindicato para que me ayudaran. Le dije ‘mira, yo estoy en un sindicato, o voy a la Inspección del Trabajo, pero usted, de que me paga me paga, porque yo no le he trabajado gratis a nadie. Porque a mí las tarjetas no me esperan, las tiendas no me van a creer lo que yo diga es que sabe que no me han pagado, no me van a creer. Ya ha pasado dos semanas ya, y usted está dando la misma chiva todavía’, le dije (…). Entonces, yo estaba en la iglesia, y me dice ‘oye, te mandé una plata como anticipo. Y el lunes te pago el resto’. Y le dije ‘No, muchas gracias, quédate con esa plata . Yo el lunes me voy a la Inspección porque yo quiero toda mi plata altiro , porque hace cuántas sema- nas estamos en lo mismo, y si le recibo ese poco’, le dije, ‘¿después me va a salir con qué chiva ? ¿que me va a pagar cuándo? Entonces no’, dije yo, ‘o me paga o voy a la Inspección (…)’. A todo esto, el lunes no fui a la Inspección, Se refiere a los años de indemnización. Una mentira. 36 37 36 37
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=