La vida de las mujeres teporeras de la región de O'Higgins: hogar, trabajo y salud
29 verte. O te mueves porque hace frío. Pero no se gana igual. Lo que ganas en verano es bueno para el sueldo, es bueno para el finiquito, es bueno para la cesantía.” Ahora bien, para ganar un buen monto a trato es necesario un gran esfuerzo físico y extender la jornada laboral. Muchas veces, las mujeres de mayor edad, por problemas o condiciones físicas terminan ganando pareci- do a cuando trabajan al día . Esto es diferente en el caso de mujeres más jóve- nes y de inmigrantes que vienen por la temporada, y que logran un mayor sueldo. Rosa, quien tiene sesenta años, relata que durante la temporada de cosecha gana alrededor de $350.000 pesos trabajando a trato , lo que es bas- tante menos de lo que ganan otras mujeres. “Sí, po ’, es que hay unas que son rápidas, aquí nosotras tenemos dos amigas que ganan harto. Pero ellas vienen como a las seis de la mañana, po ’. Y nosotras nos venimos como faltando para las siete, y nos venimos calmaítas . Igual nos apuramos, pero no lo hacemos tanto. Con una prima mía que tengo yo, que nos ganamos siem- pre las dos para no estar solas, vamos tranquilitas.” En general, y siguiendo el relato de las entrevistadas, el ambiente ace- lerado de la temporada de cosecha hace que no existan muchas instancias de capacitación. Laura relata cómo en su primer trabajo a trato, ella“no podía aprender”. Laura estaba en un viñedo y recuerda: “Yo pensaba ‘ chuta , es que no, nome da la cabeza, pero tengo que seguir’, porque ¿qué sacaba con estar en la casa? Tres lucas igual me sirven. Al tercer día llegó un chico que nos enseñó. Y me pasaron unas maquinitas para ir cortando racimos. Y ahí empecé recién a soltarme y a ganar seis lucas al día, después ocho, después diez. Y cuando ya solté toda mi mano ya no estaba contando, seguía no más, y así alcancé a ganar como quince mil al día.” Algunas veces, si se da la oportunidad, es posible pasar de los contra- tos a trato a los al día y por temporadas más largas. Los últimos suelen durar tres meses, pero se pueden ir renovando, dependiendo del trabajo. Sólo que estos cambios de contrato casi nunca pasan de los nueve meses seguidos. Una luca es igual a mil pesos chilenos. 28 28
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