La vida de las mujeres teporeras de la región de O'Higgins: hogar, trabajo y salud

13 MUJER, TRABAJOY HOGAR Trabajar en el campo: sacrificio y encanto “¡Es muy sacri cado el campo!”, dice Laura, de cuarenta años y con dos hijos, “pero me encanta, soy feliz.”Dicha descripción, de trabajar en el campo como una labor difícil pero que entrega felicidad, es común entre las entre- vistadas de este estudio. El sacri cio y el encanto, como dos polos opuestos pero complementarios, revela que la mujer temporera en O’Higgins tiene una profunda relación con su trabajo. Ser trabajadora temporera es una parte importante de su identidad. En los relatos de las mujeres de este estudio se vislumbra que existe un claro gusto por salir de la casa, tomar aire fresco y hacer algo de esfuerzo físico. A menos que las condiciones sean muy riesgosas, estas mujeres valo- ran el trabajo agrícola incluso cuando se deba resistir al frío en el invierno y al sol avasallador en el verano. “A mí me encanta el campo y me encanta afuera, creo que nací para trabajar en el campo”, a rma la temporera Juana. El gusto por el trabajo en el campo se relaciona con su dinamismo, porque varía durante el año. Dependiendo de la temporada y el fundo, pueden sembrar, limpiar y deshojar el terreno; amarrar y ralear racimos de uva; cosechar diferentes tipos de frutas como manzanas, cerezos, ciruelas y kiwis, aguantando varios kilos en sus espaldas. Además, en cada fundo y labor se debe aprender una técnica diferente, dependiendo del tipo de trabajo realizado y los intereses de los empleadores. Por ejemplo, en algunos fundos pre eren dejar la mata más grande para obtener mayor cantidad de mercancía; mientras que otros pre eren que se deje pequeña para que se coseche un producto de mejor calidad. Las temporeras deben ser rápidas en comprender, adaptarse y aprender las habilidades necesarias para cada tipo de trabajo. Eliminar racimos completos o partes de ellos para disminuir la carga de fruta y mejorar su calidad. 14 14

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=