Guía de educación antisexista
76 GUÍA DE EDUCACIÓN ANTISEXISTA simultáneamente, una pedagogía encarnada, que supera la ficción de un espacio educacional de mentes dialogantes en el cual la dimensión corporal y emocional no tiene cabida ¿Qué cuerpos y orientaciones entre cuerpos se permiten y excluyen en el aula, qué rol juega la heterocisnormatividad en la producción de imaginarios corporales más o menos abiertos? Es así como val flores (2017) llama a des-heterosexualizar la educación y desarmar los modos en que se han disciplinado los cuerpos y los saberes de estudiantes y docentes. Es importante tener en cuenta, que ciertos tipos y modos de docencia han sido feminizados y subordinados y que toda educación siempre es sexual, en la medida que reproducen modos normativos de vivir la sexualidad y el género: “las sexualidades en la escuela se hablan y se hacen en todo momento y espacio, y es un asunto público y político porque a cada momento estamos trasmitiendo nuestras ideas acerca de las sexualidades, de las formas sociales y culturales autorizadas y sancionadas de vivir los géneros, de las habilitaciones y proscripciones de la moral que nos guía, de los prejuicios y estereotipos de las leyes de la normalidad” (val flores 2017, 151). En la misma línea, Alanis Bello (2018) ha planteado el reto de una transpedagogía: “Es un impulso contagioso de otras formas de educar, de otras maneras de pensar y de crear comunidad. La transpedagogia es una forma de pensar en movimiento que rechaza los lugares seguros de la identidad y propone una conciencia de tránsito, que nos invita a puentear entre diferentes puntos de vista, y a crear conexión e intimidad por medio de la construcción de alianzas políticas, una ética del amor y una disposición disruptiva en contra de todas las formas de normalización, sin importar de donde vengan” (Bello Ramírez 2018, 126) 3.4.4 Lenguaje no sexista Es fundamental comprender que cualquier lenguaje puede ser utilizado de modo sexistas, racistas, xenófobos, excluyentes. Hacemos generalmente un uso sexista y androcéntrico del lenguaje no porque el castellano sea en sí sexista (más allá de la existencia o no del género gramatical), sino porque vivimos en una sociedad sexista y androcéntrica (Gobierno Vasco
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