Guía de educación antisexista

GUÍA DE EDUCACIÓN ANTISEXISTA 35 Se constituye así, una jerarquización entre áreas y habilidades a las que se les asigna mayor o menor relevancia que se extiende a la valoración desigual de carreras y profesiones, lo que a su vez se refleja en el estatus social que otorgan, en las remuneraciones promedio a las que se accede, en la validación a la hora de dar opiniones, etc. Numerosos estudios (Cerva 2017; Ríos, Mandiola, y Varas 2017; Buquet Corleto et al. 2013; Rodigou et al. 2011; Martínez Moscoso 2012) afirman que la Universidad sigue siendo un ámbito privilegiado de reproducción de la sociedad patriarcal, en la cual diversos discursos y prácticas siguen manteniendo una estructura de privilegios y complicidades masculinas, de modo que las mujeres, a pesar de haber ocupado más espacios en la Universidad, no parecen aún habitarla (Ballarín 2015). Al respecto, desde los estudios feministas se han diferenciado dos tipos de segregación: horizontal y vertical (Rodigou et al. 2011). La denominada segregación horizontal implica que aquellas áreas del saber que se encuentran feminizadas, como las pedagogías y el trabajo social, sean menospreciadas en relación con las carreras masculinizadas como las ingenierías, por ejemplo. 11 Estas carreras menos valoradas socialmente cuentan a su vez con menor remuneración. Por otra parte, la segregación vertical implica que, independiente de la disciplina, las mujeres ocupan menos cargos de poder. En el contexto universitario esto no se refiere únicamente a la autoridad de docentes respecto de estudiantes o funcionarios/as, sino que se expresa también al interior de cada estamento. Es decir, siguen existiendo brechas salariales por género tanto entre personas funcionarias como académicas, y también suele haber más hombres académicos, con jornadas completas y en calidad de titulares que mujeres (Universidad de Chile. Oficina de Igualdad de Oportunidades de Género 2014). Esto no se justificaría simplemente por la diferencia de intereses o motivación, sino porque en sus trayectorias académicas y laborales las mujeres encuentran más dificultades que los varones, brecha que aumenta con la maternidad, 11 Según el Informe Igualdad de Género en la Alianza del Pacífico (2016) elaborado por OCDE, en Chile sólo el 23% de quienes se gradúan en áreas de Ciencias, Matemática e Informática son mujeres, versus el 39% en relación al promedio OCDE.

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