Guía de educación antisexista

18 GUÍA DE EDUCACIÓN ANTISEXISTA cual, no quiere decir que des-responsabilizamos a individuos de sus actos violentos de abuso, acoso, o discriminación. Más bien, la propuesta es incorporar una mirada crítica a lógicas punitivistas que solo establecen respuestas en cláusulas de castigo y sanción personales, sin vehiculizar otras formas de reparación o prevención del daño, y por sobre todo de transformación social y cultural. Salir de la lógica punitiva no debe confundirse con impunidad, sino que supone apostar a la construcción de otro tipo de comunidad y vínculos sociales, tomando seriamente los aportes de las apuestas feministas para abordar el desafío de erradicar la violencia de los espacios que habitamos. Se trata de una disposición a mirarnos al espejo de manera honesta y visibilizar las formas en las cuales se institucionaliza el heteropatriarcado en nuestra comunidad educativa, como también los modos concretos de materialización de experiencias de dominación, privilegio, exclusión e inclusión. Nuestro lenguaje, como decimos y escribimos En este documento optamos por hacer uso de un lenguaje inclusivo que contiene tanto la utilización de la “x” como de la “e” como incluso de la enumeración o, a y e dividida por slash (/). Se trata de una elección política coherente con los léxicos propuestos hace décadas por los feminismos y disidencias sexuales, rechazando el uso de la letra “o” como representativa de lo universal. Ocupamos una escritura que desafía la norma clásica, porque reconocemos que el sexismo está fuertemente arraigado en la lengua castellana, y las maneras en que se nombra y escribe deben comenzar a revisarse desde una conciencia crítica de las operaciones de poder en el lenguaje (Muntané 2018). Para algunos/as/es este tipo de género gramatical, podría entenderse como una solución ecléctica, confusa y hasta desordenada para un documento producido por y en la academia. Pero preferimos correr esos riesgos, y no invisibilizar y anular esos destinos, cuerpos y subjetividades que continuamente han quedado a oscuras y procurar seguir una opción fanoniana que evite el “desaparecer de algunxs”; y que así la Universidad gramaticalmente deje de ser aquel escenario de desprecio y anuncio de inferioridades al asumir lo supuestamente neutral de lo masculino y con

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