Guía de educación antisexista

16 GUÍA DE EDUCACIÓN ANTISEXISTA por décadas que la educación es un ámbito crítico en la producción y reproducción de imaginarios sexistas 8 . Sin embargo, las movilizaciones feministas del 2018 -lideradas por estudiantes mujeres, lesbianas, personas trans y no binaries-, reinstalaron muchas de estas discusiones, posicionando la urgencia de problematizar el sexismo en la educación y en nuestra Facultad, desde construcciones y nociones más amplias. “La educación chilena en todos sus niveles reproduce el sistema patriarcal imperante, establece una división entre lo que se espera de hombres y mujeres en base a estereotipos y roles de género, imponiendo la heterosexualidad obligatoria y un modelo de familia tradicional. El sexismo en la educación es palpable en el currículum educativo, así (como) también en las prácticas dentro y fuera del aula. Nuestra Facultad no está exenta de dichas prácticas, y es por eso que exigimos un compromiso por parte de las autoridades con una Educación No Sexista en la Facultad de Ciencias Sociales” (Toma de Mujeres 2018, s/n) En comunión las académicas y les estudiantes de la FACSO creamos un equipo de trabajo que relevó la necesidad de cuestionar las lógicas 8 En la Estrategia de Montevideo para la implementación de la Agenda Regional de Género en el marco del Desarrollo Sostenible hacia 2030 (CEPAL 2017) se denuncia la persistencia y resurgimiento de “patrones culturales patriarcales, discriminatorios y violentos basados en la cultura del privilegio, que limitan el pleno ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos y el reconocimiento de las distintas formas de familia, la diversidad sexual y la identidad de género” (CEPAL 2017; p. 17-18). El documento plantea la necesidad de ir más allá de la perspectiva de igualdad de oportunidades, apostando más bien a una igualdad sustantiva, y la modificación de los patrones culturales que permiten, legitiman y perpetúan la discriminación, la violencia y las desigualdades de género en todos los ámbitos. Prestar particular atención al rol que cumple la educación en dinámicas sexistas pasa a ser clave, de modo que se apuesta a la necesidad de reformular programas, currículos y transformar prácticas docentes a todo nivel, junto a la importancia de replantear procesos de enseñanza y aprendizaje en las aulas a partir de la perspectiva de género.

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