Especulaciones sobre el mundo desde América Latina

104 Conclusión En definitiva, pareciera que la “gran nación deshecha” de Felipe Herrera (1973) es imposible de ignorar, aun para líderes como Sebastián Piñera que parecen más enfocados en resaltar los logros de un país que se destaca en medio de una región convulsa . América Latina parece ser ineludible, particularmente cuando se dis- cuten factores condicionantes estructurales y se disputa el proyecto de moderni- zación que llevará al desarrollo y/o la soberanía. Piñera adoptó, por ejemplo, una fuerte identificación latinoamericana en la CELAC 2014 para cuestionar la trayec- toria política regional. Esto le permitió ofrecer su visión alterna de modernización relacionada con aprovechar las “oportunidades” que presenta la globalización . Por otro lado, los nacionalismos de los Estado-nación modernos son, también, una realidad que se mantiene fuerte aun en los discursos latinoamericanistas más comprometidos con la unión continental como mecanismo para alcanzar los objetivos de emancipación social y soberanía. Incluso en el discurso de Cristina Fernández, se mantiene el protagonismo de un interés nacional que refiere al Es- tado-nación, y que ve en América Latina una entidad para conseguir apoyos y so- lidaridades. Argentina no se diluye como prioridad, si no que se potencia, como en lo que refiere a la causa Malvinas, a través de su latinoamericanidad. Estas conclusiones son tentativas, enfocadas en dos líderes específicos en un mo- mento histórico particular y no pretenden ser generalizables. Es claro que el poder discursivo de América Latina, sus ambivalencias y adaptaciones deberían estu- diarse con mayor profundidad en un mayor número de líderes, y que la posible variabilidad de resultados enriquecerá el debate. Otros trabajos podrían enfocarse en Brasil y la creciente relevancia -o no- de “Sudamérica” como nueva región (ver Malamud, 2012), particularmente debido a una notoria presencia de dicho concep- to en discursos de Cristina Fernández. También es clave analizar la relación de América Latina con líderes y movimientos indígenas. El trabajo se ha enfocado en dos líderes de descendencia europea, y ha dejado de lado importantes aspectos como el impacto de la posible “colonialidad” del concepto (Mignolo, 2005) y la histórica violencia interna del nacionalismo en la región.

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