Especulaciones sobre el mundo desde América Latina
100 punto era “una victoria de la región” y había contado con el apoyo de un papa “latinoamericano” (en vez de “argentino”) (C5). Todo era parte, en definitiva, de éxitos de “gobiernos nacionales , populares, y democráticos” (C5) que como “expe- riencia política regional” (C6) generaron, en su visión, la inclusión de “millones de compatriotas” y consolidaron “un continente en integración” (C5). Sebastián Piñera: desarrollo y crecimiento económico En los discursos de Sebastián Piñera, presidente de Chile en dos períodos (2010- 2014; 2018-2022), la identificación nacional se limita a Chile, que se yuxtapone con la identificación regional con América Latina. El difícil contexto regional, del cual el país es parte, sirve para resaltar los logros de Chile en superar los problemas compartidos como latinoamericanos, y avanzar hacia el desarrollo. Destaca los progresos excepcionales de Chile y suaviza así las dificultades que atraviesa el país. Sin embargo, la identificación latinoamericana no está siempre presente. En una reunión bilateral con Cristina Fernández en 2012, por ejemplo, la región no fue mencionada, lo cual muestra que una pertenencia regional no es indispensable para entender la relación entre las naciones de Argentina y Chile. Piñera reconoció que la historia chilena se entrelazaba con la historia argentina, pero se enfocó exclusivamente en estas dos naciones distintivas: “Compartimos un origen, una historia que se entrelaza desde siempre. Compartimos también los mismos hé- roes que lucharon a ambos lados de la cordillera” (P2). Incluso, resaltó la cercanía argentino-chilena por sobre la relación con otros países, al referirse a que sería difícil encontrar otros dos países “que tengan mayor vocación de unidad, de enten- dimiento, y de integración” (P2) . Adicionalmente, cuando América Latina apareció en otros discursos, es notorio que Piñera reservó una retórica nacional exclusivamente para referirse a su país. En su discurso por el Bicentenario chileno, por ejemplo, Piñera delimitó su orgu- llo en “ser chileno” y mencionó solamente héroes nacionales nacidos en su país (Bernardo O’Higgins, José Miguel Carrera, Arturo Prat). Evitó mencionar incluso a otros latinoamericanos que participaron en la gesta chilena (ej., José de San Mar- tín) (P1). En discursos con proyección internacional declaró una identificación latinoa- mericana, como cuando en su discurso ante la ONU en 2020 dedicó una sección completa a compartir reflexiones sobre “nuestra región, América Latina” (P6). Sin embargo, esta identificación se limitó primariamente a una función de resaltar los
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