Especulaciones sobre el mundo desde América Latina
97 En el siglo XXI, los líderes latinoamericanos han continuado proclamando su com- promiso con la integración de la región. Pese a que la unidad política aun es “un mito” (Bianculli, 2016: 155), el poder ideacional de América Latina sobre las identi- dades de los estado-nación y sus líderes parece mantenerse y ser resiliente. Existe un “regionalismo declarativo”, en donde se hacen constantes referencias a la in- tegración aun cuando estas ideas no se materializan ( Jenne et al., 2017). Por ello, las siguientes secciones abordarán el poder discursivo del concepto regional -y/o nacional- de América Latina . El objetivo es enfocarse en la ambivalencia entre el nacionalismo y el regionalismo a través de la siguiente pregunta: “¿Cómo constru- yen y utilizan los líderes nacionales la idea de América Latina en relación con las identidades de sus Estado-nación?” Propuesta metodológica En el estudio del regionalismo latinoamericano, la ideología ocupa un lugar central debido a la importancia de la “ideología presidencial” en promover u obstaculizar procesos de integración (Orjuela, D. & Chenou, 2019). Por ello, y por la prevalencia de dos visiones antagónicas de región -panamericanismo vs latinoamericanismo- (Bianculli, 2016), el análisis se centrará en dos líderes de opuesto signo político. Por un lado, la vicepresidenta y expresidenta argentina Cristina Fernández (2007- 2015), y por otro, el presidente chileno Sebastián Piñera (2010-2014; 2018-2022). El objetivo es utilizar estos dos casos para ofrecer apuntes preliminares de la rela- ción entre América Latina y el nacionalismo en dos líderes políticos comparables, en un momento particular como fue el inicio del siglo XXI y sus fluctuaciones ideo- lógicas. Es una limitación el hecho de que se trate de dos líderes específicos del Cono Sur, pero no es el objetivo de este análisis el llegar a resultados generaliza- bles a otros líderes y contextos (ver Wood & Kroger, 2020: 164). Cristina Fernández y Sebastián Piñera comparten numerosas similitudes que fa- cilitan la comparación entre ambos. Son líderes que ganaron la presidencia dos veces -ejerciéndola simultáneamente entre el 2010 y el 2014-, y se posicionaron como líderes protagónicos de la oposición antes de retornar al gobierno. Adicio- nalmente, han dominado el espacio político de su país a lo largo de la última dé- cada y no son extremos ideológicos como otros presidentes -ej., Jair Bolsonaro en Brasil-. Ambos han buscado proyectarse como líderes regionales y han participado de varios proyectos y eventos continentales. Sin embargo, difieren en el aspecto crucial de representar ideologías contrapuestas y tener visiones distintas respecto a cuál debería ser la integración regional de América Latina (Wehner, 2020; Orjuela & Chenou, 2019).
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