Especulaciones sobre el mundo desde América Latina
95 a pronosticar “la inminente muerte del Estado-nación” (ver Osterhammel, 2013). El nacionalismo, significativamente, se volvió blanco de ataques desde un “frente doble”: del neoliberalismo globalizador, pero también de académicos poscolonia- les (Rojo et al. , 2003: 7). A su vez, cuando la mirada se enfoca fuera de Europa, el Estado-nación no pare- ce realmente haber decaído en importancia frente a estructuras supranacionales (Osterhammel, 2013). América Latina, pese a numerosos y diversos esfuerzos de integración, aparece como una de las regiones que se mantiene fragmentada y dividida, al menos respecto a la ausencia de sólidos organismos supranacionales. Algunos autores como Malamud (2015) o Tokatlian (2012: 486) aducen que han sido los fuertes nacionalismos imperantes o los enfoques “soberanistas” los que han obstaculizado la “integración”, la cual -supuestamente- requiere de la cesión de soberanía como condición indispensable (ver también Bermúdez, 2018). Sin embargo, estos argumentos sobre el fracaso de la integración latinoamericana han sido catalogados por otros autores como “UE-céntricos” (Acharya, 2016: 110) o “europeizados” (Dabène, 2009), ya que trazan el éxito de la integración regio- nal como sinónimo de alcanzar un grado de institucionalización equivalente al del proceso europeo. Desconocen que “domesticar” los nacionalismos o dejarlos en el pasado no ha sido la prioridad de la integración regional en América Latina (Achar- ya, 2016). Históricamente, la región se ha enfocado, en cambio, en otros objetivos como la búsqueda de autonomía, el desarrollo, y una identidad compartida (Brice- ño, 2018; Puntigliano & Briceño, 2013). En la historia de América Latina, de hecho, el nacionalismo y los proyectos regio- nales han sido complementarios (Miller, 2013). A lo largo del siglo XIX y el siglo XX, el latinoamericanismo funcionó como “un conjunto de valores” desde el cual los nacionalismos, que raramente fueron excluyentes, se inspiraron en la cons- trucción de proyectos políticos de inclusión social y emancipación antiimperialista ( ibid. : 390) . Es notorio que Ernst Haas (1967: 333), fundador del neofuncionalismo europeo, remarcaba que en América Latina las elites intelectuales complemen- taban las “energías nacionales” con “medidas regionales” como la consolidación de la Comisión Ecónomica para América Latina y el Caribe (CEPAL) 1 . Para Gobat (2013: 1374), la idea de América Latina demostró durante el siglo XX que “las soli- daridades transnacionales antiimperialistas pueden florecer en espacios geopolí- ticos marcados por el nacionalismo”. 1 Significativamente, la CEPAL promovió la integración regional y la consolidación de un mercado continental competitivo como un mecanismo para alcanzar la industrialización, el desarrollo, y así dejar atrás la posición periférica de las naciones latinoamericanas (Haas, 1967; Briceño 2019).
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=